A veces una quisiera ser lo suficientemente optimista para pensar que esto puede cambiar, que hay alguna esperanza, que el trabajo que hacen cientos de activistas y organizaciones puede cosechar un verdadero Estado de derecho para nuestras niñas y adolescente, pero revisas la prensa y te das cuenta de que el futuro no es tan esperanzador.
Que una adolescente de 13 años con una discapacidad severa como parálisis cerebral, que ha sido abusada sexualmente y que producto de esa violación haya sido embarazada y encima sea sometida a una cesárea que puso en riesgo su vida ante la mirada indiferente de las autoridades es vergonzoso e intolerable.
De acuerdo a una nota publicada en el Listín Diario, la adolescente, a quien llamaremos Carina (para preservar su identidad real), alumbró el 1ro de diciembre entre las 37 y 38 semanas, una niña de poco más de 6 libras.
Según las informaciones, pasada una semana Carina fue dada de alta y trasladada a un hogar de paso del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (Conani) cuyas autoridades tienen la guarda temporal otorgada por un juez debido a las condiciones propias de su estado (no habla, ni tiene movilidad).
No obstante, aunque la adolescente estuvo de alta, presentó unas convulsiones, que hasta el momento el equipo médico que lleva su caso ha atribuido a la parálisis cerebral.
En este sentido, de acuerdo al doctor Miguel Ortega, director del Hospital Regional Presidente Estrella Ureña de Santiago las complicaciones que Carina ha tenido se deben a su propio cuadro (parálisis cerebral), y no exactamente por el embarazo, ya que no tuvo ninguna situación durante el proceso de gestación, solo que “al tener una cesárea, pues se complica más”.
Y ese “se complica más” es lo que nos queda, así de alentador se ve el futuro: complicado.
Complicado para las que son violadas y embarazadas y sin opciones de decidir. Complicado para las que no tienen recuerdo y las esterilizan de por vida o cuando las embarazan las obligan a parir.
Este lunes he escuchado a la directora de los hogares de paso de Conani, Rosa Morillo, decir que 12 niñas en estado de embarazo se encuentran bajo protección en hogares de paso, producto de ser víctimas de abusos sexuales, en su mayoría cometidos por familiares o personas cercanas. Adolescentes tienen edades comprendidas entre los 12 y 18 años, aunque en algunos casos se ha registrado embarazo en niñas de hasta 10 años.
Hasta el momento no hay señales del hombre acusado de violación, ni siquiera indicios de su captura o entrega para que sea sometido a la justicia.
Así de complicado.
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