Adolfo Faringthon, belleza, refinamiento, ejemplo

Adolfo Faringthon, belleza, refinamiento, ejemplo

Ser el ideólogo y programador de la Casa de Arte de Sosúa, reputado centro cultural, no impide a Adolfo Faringthon ejercer su talento de artista creativo en constante evolución, motivado por una pintura aliada a la vida diaria, siendo el taller parte de la casa de familia.

Lógico y bienvenido es que él exponga en la Galería de Arte de la Alianza Francesa, a la vez establecimiento de enseñanza y sitial para la cultura, con exposiciones escogidas. De ser posible, estas actividades, a menudo dominicanas, se relacionan con Francia, por el artista y/o por las obras expuestas, como ahora sucede.

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La exposición

Adolfo Faringthon ha convertido su sensibilidad estética en compromiso. Una sensibilidad polifacética. Un compromiso plural. Este abarca las obras de los demás cuando las elige para una muestra, y las suyas cuando pinta y expone.

En la Alianza Francesa, Adolfo Faringthon se ilustra como artista, como amante de la moda, como museógrafo. A estos valores se dirigen nuestras palabras. Previamente, notamos el título especial de la exposición y la actividad en conjunto: Passion (en francés), Pasión (en español), que psicológicamente transcribe la emoción, la entrega, la exaltación.

Los cuadros magistrales recuerdan una reciente y muy exitosa exposición. Antonio Faringthon hoy plasma un solo tema: las composiciones florales. No son complacientes ni descriptivas, sino evocadoras de una imaginación real-maravillosa.

Se suceden sinfonías de colores, abrazos de pétalos y corolas que se acurrucan, que se modulan, que varían como movimientos musicales. Lo que no nos sorprende, siendo Adolfo también musicólogo.

Es un esplendor que se inspira – ¡solo se inspira!- de la naturaleza-, llegando a la suntuosidad por la riqueza cromática, el ritmo y el refinamiento de una pincelada fluyente. Ahora bien, de repente, la pintura se devuelve hacia el dibujo virtuoso, tan delicado como preciso.

Devoción por la moda

Luego, otra fuente de inspiración aquí centellea: el amor que Adolfo Faringthon siente por la moda, “una devoción” según él mismo lo dice. Reconocemos la famosa definición: la moda es un arte para llevar sobre el cuerpo. El artista no solamente pinta lo que podríamos también calificar estampados maravillosamente ópticos, sino que ha diseñado vestidos y los inserta dentro de las colecciones pictóricas.

En esta pasión, él ha llevado la imagen a una reproducción “preciosa” y tal vez incomparable. Adolfo Faringthon mandó sus pinturas a Francia, a la ciudad de Lyon, capital mundial y secular de la seda, para que se las impriman, vueltas incomparables bufandas y pañoletas.

Por cierto, sabemos que estas piezas textiles, los “carrés” – por su forma cuadrada- según los llaman, son una especialidad de artesanía francesa de lujo.

Si las bufandas se destinan a las mujeres, las sederías de Lyon también fabrican pañuelos pequeños o “pochettes” que los hombres colocan, como adorno, en el bolsillo superior de la chaqueta… Todavía perdura esta elegancia.

Así, las pinturas van fascinando la mirada, primero enmarcadas y cuadros llamativos, luego transformadas y colocadas en maniquíes con soltura y pericia, sin que olvidemos el contraste negro del soporte aterciopelado.

Importancia de la museografía

Obviamente, Adolfo Faringthon es el autor del montaje, siempre importante en toda exposición. Creemos que solamente él podía lograr esta museografía, por cierto muy sobria y geométrica, para que se destaquen las piezas exhibidas. Se ha evitado cualquier barroquismo, perjudicando al lucimiento, tanto de las pinturas originales como de sus impresiones textiles.

Igualmente, el circuito se ha cuidado en provecho de un recorrido y una circulación que invitan a contemplar tanto los detalles del diseño como la textura suave del material.

Adolfo Faringthon ha realizado, si consideramos el conjunto de la muestra, una instalación singular, que alía, en los espacios de la galería y tres dimensiones, el gran arte y la artesanía de lujo. Por definición, siempre las buenas exposiciones proponen alguna novedad. “Passion” es, en este sentido, una primicia, vinculando a Francia y República Dominicana.

Coda

La Alianza Francesa ha dado, en 2024, un testimonio de rigor y de calidad en su Galería de Arte. Esta exigencia, esta pulcritud, este nivel, deben continuar, como le corresponde a una institución, nacional e internacional, motivada por la educación, la cultura y el mejor ejemplo.

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