Adopciones riesgosas en Haití

Adopciones riesgosas en Haití

Se dice reiteradamente que las donaciones para el pueblo haitiano no están llegando con suficiente fluidez a los más necesitados y también se ha proclamado que existen farsantes que están sacando provecho de la tragedia como buitres de la peor calaña.

Se teme que la corrupción de algunos dominicanos y haitianos sea más poderosa que la misma solidaridad internacional.

Se ha visto un preocupante entusiasmo en algunos individuos y entidades para la adopción de los huérfanos, pero se ha observado poco control, supervisión y depuración para entregar a los infantes; inclusive, algunos medios de comunicación hacen énfasis en los rostros alegres de los adoptados y no muestran las caras de los responsables de las adopciones.

En una producción cinematográfica inglesa de hace aproximadamente dos décadas, se satirizaba la donación de órganos con la escena de dos delegados de un instituto que fueron a reclamar el hígado de un donante aún vivo y saludable, basados en un documento firmado por él; lo acostaron en la mesa del comedor, lo amarraron y le extrajeron el hígado mientras él exclamaba: ¡Yo dije que era después de muerto! Los verdugos le informaron que no conocían a nadie que después de sacarle el hígado quedara vivo.

La depuración cuidadosa, metódica y transparente de las adopciones en Haití es necesaria para evitar que depravadores sexuales, traficantes de seres humanos y, en el peor de los casos, criminales mercaderes de órganos, saquen provecho de la tragedia a través de huérfanos por los cuales es poco probable que algún familiar pregunte y dé seguimiento a su destino final. La mencionada sátira inglesa sirve de ilustración para proclamar ¡cuidado con eso!  

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