Advertencia a los olvidadotes

Advertencia a los olvidadotes

Durante toda su historia, República Dominicana ha estado gobernada por olvidadores. Entiéndase que no he dicho olvidadizos, sino olvidadores. El olvidadizo es el que, por distraído, no recuerda las cosas.

Olvidadores son los que, por interés y decisión propia, bloquean el recuerdo de algunos acontecimientos. Desde el poder, tratan a todos como estudiantes de nivel primario que reciben de sus maestros una sola asignatura: amnesia. Cada vez que un funcionario habla públicamente lo hace como si dictara una clase de amnesia. Confían en que, si ellos se declararon olvidadores, los demás pueden ser convertidos en olvidadizos y desmemoriados para garantizar su impunidad.

Estas clasificaciones vienen a colación porque los olvidadores han anunciado que tropas dominicanas formarán parte de un llamado Batallón de Operaciones de Mantenimiento de Paz compuesto por soldados y oficiales de varios países latinoamericanos. Con una ingenuidad que espanta, anuncian que esas tropas viajarán a Guatemala para ser entrenadas por especialistas de Estados Unidos de América.

Y de inmediato un rosario de preguntas sale a flote. ¿Qué guerra necesita que los dominicanos tengan que entrenarse para mantenerles la paz? ¿Quién provocó que aquellos perdieran la paz para que nuestros hombres vayan ahora a restablecerla? ¿Hay alguien interesado en organizar una “fuerza interamericana de paz” como la que el gobierno estadounidense de Lyndon B. Johnson impuso en 1965? ¿No basta con que República Dominicana se ocupe de asumir la responsabilidad de combatir el narcotráfico y los viajes subrepticios hacia territorio estadounidense, cosas éstas que debían hacer los mismos gringos?

Esta preparación militar, evidentemente forzada desde el Norte, nos lleva a refugiarnos en la historia para que nos ayude a entender el presente. Para este caso, qué mejor que el libro “Enfoque Internacional 1966-1970”, de  Manuel Tapia Brea, el cual lleva un prólogo escrito por el presidente Leonel Fernández. La obra es una recopilación de la columna en la desaparecida revista ¡Ahora! en la que don Manuel trataba temas de política extranjera.

En el libro, entre muchas otras cosas, Tapia Brea recuerda los intentos del gobierno estadounidense por otorgarle categoría permanente a la Fuerza Interamericana de Paz, ilegal instrumento que había servido para disimular la flagrante violación de Estados Unidos contra la soberanía dominicana en 1965. Decía el columnista y jefe de redacción de la revista que “esa fuerza se convertiría en el arma de las dictaduras contra las rebeliones democráticas en cualquier país latinoamericano.

En 1966, gobernaban en el continente americano más de diez dictaduras militares responsables por grandes abusos contra sus respectivos pueblos. Esto así, Tapia Brea señalaba: “Es decir, que la defensa de la libertad estaría en manos de los que han matado esa democracia y quienes deberían comenzar por instalarla en sus propios países”€.

Y si el presidente Fernández prologó esa obra debe suponerse que lo leyó o, por lo menos lo hojeó. De ahí que sorprenda la contradicción entre contribuir a este plan militar internacional y el rol mediador que desempeñara Leonel meses atrás ante la reunión del Grupo de Río. De ahí que habría que buscarle una explicación a esta dualidad contradictoria de parte del Jefe del Estado.

Con los antecedentes históricos que hemos vivido, no parece ser adecuado el momento para sumarse a una posible aventura de Estados Unidos de América contra algunos gobernantes de América Latina que no son de su agrado. Cuando en 1965 Estados Unidos no logró el plan de unir a los militares de América alrededor de una copia calcada de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entonces lo intentaron por el lado de la regionalización. De ahí salió entonces el Plan Cóndor de exterminio de cuanto oliera a democracia en América del Sur.

No quisiera dominicano alguno que su país vaya ahora a meterse en camisa de once varas y asumir una responsabilidad militar que, además de ilegal, nada tiene que ver con nosotros. Ya está bueno de servir de carne de cañón para que Estados Unidos continúe con su política de agresión por todo el mundo. Hagamos un llamado a los olvidadores para que revisen detenidamente el libro de Tapia Brea y reconsideren ese compromiso militar que nada bueno puede traerle al país.

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