Advertencia: el turismo puede colapsar

Advertencia: el turismo puede colapsar

FABIO R. HERRERA-MINIÑO
Las más importantes puntualizaciones, que se desprendieron de las exposiciones, por la importancia que tiene el turismo para el país, giraron en torno a como el sector privado nativo e internacional, ha invertido enormes sumas de dinero para apuntalar una actividad que le deja al país ingresos por más de $3 mil millones de dólares anuales, fruto de la visita de otros tantos 3 millones de turistas, que vienen a disfrutar de destino barato y hospitalario, aparte de lo que se ofrece con un clima tentador, hermosas playas y sol abundante y candente.

Ese seminario fue valioso, ya que se habló con suficiente claridad y se trató difusamente un aspecto, de como todo en el país lleva el sello de la improvisación y de como los gobiernos son atrapados por su inercia en no adelantarse al desarrollo, entonces, se ven arrastrados ante el arrollador avance de una actividad que ha venido a ser la salvación del país en su índice de desempleo y en su agropecuaria.

Envuelto en las flores, que los expositores del citado seminario tuvieron a bien ofrecer de las bondades del turismo desarrollado en el país, se destacaron los descuidos de los gobiernos en no ponerle atención al servicio del suministro de agua potable a los enclaves hoteleros, al estado de las carreteras, así como el de no disponer de sistemas modernos de disposición de las aguas negras que producen los hoteles, que por su volumen, contaminan y dañan muchos manglares, acuíferos y playas.

Por otra parte, la carencia de un plan de mantenimiento de las carreteras, así como de sus ampliaciones, nos presenta un panorama muy serio en cuanto al futuro turístico, que podría sufrir estremecimientos peligrosos, ante el empuje del turismo de otros lugares caribeños ubicados en Méjico, Jamaica o hasta Cuba, y en menor escala, el turismo costero de Colombia y de Venezuela, así como de Puerto Rico.

En las carreteras, los gobiernos, han sido tímidos para mejorarlas sustancialmente. Ahí esta el caso de la autopista desde Boca Chica hasta La Romana, que por espacio de varios años, estuvo dando tumbos hasta que finalmente se pudo concluir el tramo hasta San Pedro de Macorís y su avenida de Circunvalación, pero el hermoso puente sobre el Higuamo avanza progresos leves, pero quedando atrasados tramos muy importantes, como en la zona de Cumayasa. Así mismo, la autopista del Coral, que irá directamente hasta el corazón de Bávaro, en las cercanías de Verón, es todavía un proyecto en planos, mientras se dio el primer picazo para el boulevard de enlace con todos los hoteles desde Punta Cana, Bávaro hasta Macao, se espera con esperanza de que el gobierno no le quedará mal a los contratistas que se beneficiaron del proyecto de esa importante vía.

Todo en el país se construye en torno a la improvisación de los gobiernos, que se ven arrastrados cuando el vilipendiado sector privado emprende proyectos de gran envergadura. Los gobiernos no pueden ponerse a la par de las exigencias de mejores carreteras, alumbrado, acueductos y alcantarillados sanitario, suficientes para enfrentar esa avalancha de desperdicios de los sanitarios y cocinas de los hoteles, lo cual impide que el turismo avance con pasos más firmes, para evitar verse desplazados por el ubicado en otras regiones caribeñas, en donde los gobiernos, conocedores de la experiencia dominicana, saben como corregir las fallas que aquí no se atienden. Nos atormentamos cuando el turismo de crucero no atraca ni zarpa de los puertos, ya que las condiciones de éstos, es de un descuido total, por no existir continuidad en ningún plan de acción de los gobiernos y aparecen con nuevos proyectos y como siempre, darle más beneficios a los favoritos de turno que financiaron las campañas de los políticos ganadores.

El turismo es la espina dorsal de la economía; por lo tanto debe insertarse en las prioridades nacionales, al igual que la educación, la salud y las relaciones con Haití. La atención al turismo salvaría al país en el futuro; las autoridades no le ponen atención a los problemas de esos sectores, dejando que cada asunto explote. Solo se resuelven por la preocupación de sectores que se dan cuenta, que sino recapacitamos, el turismo va a colapsar en un futuro cercano, pese a que somos el país más hospitalario del Caribe por la calidad humana de la mayoría de sus ciudadanos.

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