POR MODESTO RODRÍGUEZ
La brecha entre el monto de lo que exporta la República Dominicana y el valor de las importaciones durante el 2007, creció hasta los US$ 1,800 millones, aseguró el economista Carlos Despradel.

En tanto que el economista Bernardo Vega dijo el país ha tenido durante 23 años déficit de cuenta corriente, y que la práctica ha sido cubrirlo con la inversión extranjera.

Empero señaló que los flujos de capital extranjero son la clave para el equilibrio, pero que requieren de estabilidad política.

Los economistas Despradel, Vega y Carlos Asilis, abordaron  diversos temas de la economía dominicana, entre ellos  los retos económicos y el futuro de la economía nacional, en el marco de celebración del primer aniversario de la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo.

Despradel señaló que para cubrir el déficit “hemos dependido de la entrada de capitales, aumentando así el endeudamiento externo”.

Planteó que “ si el déficit de cuenta corriente supera en un año la entrada de capitales, el Banco Central tendrá que aplicar una política monetaria restrictiva para controlar las importaciones y por tanto el crecimiento económico.”.

Y agregó: “Si no lo hace, el mercado se encargará de ajustarse a través de una devaluación del peso. En cualquiera de los dos casos, el resultado será una reducción de las importaciones y por tanto de la actividad económica y el consumo”.

“Si seguimos haciendo lo mismo, nos convertiremos en una isla turística, igual que la mayoría de las Antillas Menores. Nos hará una economía más vulnerable”, advirtió Despradel.

 Despradel en su ponencia, “¨Hacia dónde se dirige la economía dominicana” dijo en el país hemos estructurado una economía que está motorizada por el aumento del consumo doméstico, a semejanza de la economía norteamericana, y se ha descuidado la producción industrial y la agropecuaria, para dar paso a una economía de servicios, orientados al mercado nacional.

Señaló que como resultado, el consumo nacional es altamente dependiente de la capacidad de importación del país o sea, de los ingresos de divisas que pueda generar.

Señaló que  para lograr la competitividad se requiere aumentar la productividad del trabajo mediante un mejor sistema educativo en todos los niveles, incrementar la productividad del capital con el uso de técnicas modernas de producción, aplicar la tecnología apropiada y reducir los costos externos a la empresa (electricidad, transporte, impuestos y otros).

Advirtió que el reto dominicano es hacer esas transformaciones o de lo contrario, el actual modelo económico se agotará.

Opinó que para modificar el actual modelo económico se haría estableciendo las bases para un desarrollo turístico sostenido mediante planes de largo plazo cuidadosamente estructurados, modificando sustancialmente el modelo de zonas francas seguido hasta la fecha, creando una mentalidad exportadora de bienes y servicios mediante nuevas facilidades, motivaciones e informaciones sobre las oportunidades mundiales y aumentando la capacidad competitiva de la industria y la agricultura.

En su exposición Bernardo Vega dijo que  “cada día más preveo que empresas dominicanas ser asocien con extranjeras, como ocurrió en el caso de la Pepsi Cola”, dijo Vega, en una charla titulada “El futuro de la economía dominicana”.

Dijo que existe preocupación por el actual déficit en cuenta corriente de nuestra balanza de pagos. “En realidad, durante 23 años, entre 1966 y 1989 y luego durante 10 años, entre 1982 y el 2002 tuvimos ese déficit. No preveo que se reduzca sino que cada vez más sea cubierto con inversión privada extranjera. Lo que sí es relevante es tomar en cuenta que, a diferencia del pasado, se requiere estabilidad política para mantener una balanza en equilibrio con un déficit en cuenta corriente”.

El también economista, Carlos Asilis, dijo que el país se ha caracterizado por  crisis de inestabilidad financiera y fiscal en los últimos 15 años y que eso afecta un crecimiento sostenido e integral y que faltan muchas metas y mucha tarea por alcanzar, aunque se han logrado  algunos éxitos de los últimos años.

 Sostuvo que en materia de inversión en infraestructura y gasto social, lo importante no es la cantidad, sino la calidad de ese gasto.

Dijo que en el sector privado es donde se contabiliza y que por ahí se pudiera obtener la información de lo que el país invierte en educación y en salud, inversiones que, consideró deberían exhibir calidad.

Dijo que todavía el país no sabe cuál es su gasto en salud y en educación y para conseguirlo sólo se necesita la voluntad política del gobierno y de los distintos sectores nacionales.

Llamó también a que se ponga atención al crecimiento de la cresta demográfica por considerar que en los próximos 30 años será mucho más complicado su manejo en términos de administración y distribución como país subdesarrollado.