El informe del Programa de las Naciones Unidas de VIH/Sida (ONUSIDA) sobre la epidemia mundial de sida, muestra que los objetivos establecidos para el 2020 están lejos de cumplirse, a causa de que los logros han sido desiguales y a que la COVID-19 pone en riesgo desviar los avances en VIH, incluso en la República Dominicana.
El informe demuestra un progreso notable, pero muy desigual, especialmente en la expansión del acceso a la terapia antirretroviral
En la República Dominicana, se estima que 71,985 personas vivían con el VIH a finales de 2019, de las cuales 48 por ciento tuvieron acceso a Medicamentos Antirretrovirales (ARV), sin embargo, el progreso se está ralentizando, por lo que se requiere de un trabajo arduo para que nadie se quede atrás y se pueda superar la brecha de acceso a medicamentos para todas las personas, indicó la directora de ONUSIDA en el país, Bethania Betances.
El informe revela que, a nivel nacional, en 2019 se produjeron 2,819 nuevas infecciones por VIH y que desde el año 2010, las infecciones nuevas causadas por este virus, se han reducido lentamente en un 14 por ciento. “A pesar de ello, para alcanzar la meta del país de reducir las nuevas infecciones en un 50 por ciento, es decir, disminuir el número de 2,939 en 2015 a 1,469 en 2023, es necesario aumentar el compromiso e intensificar los esfuerzos”, precisó.
A nivel mundial, enfatizó, solo catorce países han alcanzado las metas de Tratamiento para Todos del VIH 90–90–90. Esto quiere decir que 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su estado serológico con respecto al VIH; que un 90% de los que conocen su estado tengan acceso a tratamiento; y que un 90% de las personas en tratamiento para el VIH tengan la carga viral suprimida.
Batances resaltó que millones de vidas se han salvado y millones de nuevas infecciones por VIH han sido prevenidas, gracias a la ampliación de la terapia antirretroviral, pese a que 690,000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida el año pasado, y a que 12.6 millones de los 38 millones de personas que viven con VIH no tuvieron acceso al tratamiento que pudo salvarles la vida.
“La situación ha ido empeorando debido a la pandemia de COVID-19, la cual ha impactado tan severamente la respuesta al sida, principalmente en lo referente al acceso a medicamentos ARV, que se ha considerado, incluso, que si ocurriera una interrupción de seis meses en el tratamiento del VIH, podría causar más de 500.000 muertes adicionales en África subsahariana durante el próximo año, devolviendo a la región a los niveles de mortalidad por sida de 2008”, subrayó.
En América Latina, las nuevas infecciones por VIH aumentaron en un 21 por ciento; en el Medio Oriente y África del Norte, en un 22 por ciento, mientras que hubo progresos en África Oriental, Meridional y en el Caribe, con una reducción de alrededor de un 38 por ciento, desde 2010, lo que marca un contraste con Europa Oriental y Asia Central, lugares en los que se registra un aumento de 72 por ciento, desde 2010.
Discriminación relacionada al VIH
El informe de ONUSIDA resalta que 89.7 por ciento de las nuevas infecciones por VIH ocurre en poblaciones clave como los hombres que tienen sexo con hombres, migrantes, trans y trabajadoras sexuales.
Destacó Bethania Betances que el estigma contra las personas que viven con el VIH continua, ya que al menos 82 países penalizan alguna forma de transmisión, exposición o no divulgación del VIH, mientras que el trabajo sexual está criminalizado en unos 103 países, y unos 108 países penalizan el consumo o posesión de drogas para uso personal.