Advierte impacto negativo
Plaguicidas en trabajadores

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POR LEONORA RAMÍREZ S.
Los países deben crear políticas para enfrentar el impacto negativo que provocan los plaguicidas en los trabajadores del campo, a juicio de María Elena Rozas, directora de la  Alianza para una Mejor Calidad de Vida.

Al referirse a la experiencia chilena en cuanto al uso de los agroquímicos en los rubros de exportación expresó que, detrás de la calidad que los mismos exhiben y de las ganancias económicas que generan, hay un sistema de producción que perjudica la salud de los obreros que trabajan en el sector agrario.

«Nosotros no estamos en contra de los agricultores, muchas veces estos no saben el grado de toxicidad de los productos que usan, pero apelamos a políticas que regulen eso el uso de agroquímicos que causan daños comprobados científicamente», expresó Rozas.

En tal sentido, manifestó que en su país el peor estrago lo sufren las trabajadoras agrícolas, pues son las que principalmente se dedican a las labores de cultivo en las fincas privadas. Al citar algunos de los efectos nocivos, del contacto directo con  los plaguicidas altamente tóxicos, puso como ejemplo las malformaciones congénitas y varios tipos de cáncer.

«Muchas de los  hijos de esas mujeres nacen con malformaciones, porque la mayoría de los agroquímicos que se usan en Chile tienen efectos crónicos, porque son cancerígenos o alteran el sistema reproductivo de las mujeres.

De acuerdo con Rozas, quien también coordinadora para el Cono Sur de la Red de Acción en Plaguicida, el daño también se extiende al medio ambiente, ya que se contaminan las capas freáticas en  las zonas cercanas a las fincas, y a su vez el agua que consumen algunas comunidades rurales donde no hay sistemas de potabilidad.

«Es un producto muy lindo el que se exporta, pero detrás hay una realidad muy dura. Hay un debate en Chile sobre esa  problemática, pero cuando éste toma mayores dimensiones tratan de esconderlo y acusan a las organizaciones que denuncian el problema de tratar de dañar la imagen del país.

UN SEMINARIO POR LA SALUD AMBIENTAL
Rozas es una de las disertantes del seminario internacional «Agroquímicos, transgénicos y sus alternativas en América Latina y el Caribe» que se realizará hoy 22 y mañana 23 de enero.

El seminario sobre Agroquímicos, transgénicos y sus alternativas en América Latina y el Caribe se efectuará en la Biblioteca Pedro Mir, de la Universidad Autónoma Santo Domingo (UASD), de 8:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.

Las entidades que lo auspician son  la Fundación Agricultura y Medio Ambiente (FAMA), la Red de  Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina, el Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (CEDAF) y la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA).

Durante la actividad se desarrollarán temas relacionados con el uso de alternativas tecnológicas ecológicamente sostenibles y económicamente rentables, introducción de los transgénicos en la agricultura tropical, el rol de los insumos químicos en la agricultura moderna, la agricultura orgánica, entre otros.

Entre los invitados internacionales que asistirán a la misma se citan a Miguel Altieri, de la Universidad Berkeley, de Estados Unidos; Elsa Nivia, de Colombia; Tania Santibáñez, de Bolivia; Fernando Ramírez, de Costa Rica; Fernando Bejarano, de México; Javier Souza, de Argentina y Luis Gomero, de Perú.

Andrea Brechelt, quien es directora de FAMA, una de las entidades que auspicia la actividad,  manifestó que en el cónclave participarán representantes de países donde es muy grande el del uso inadecuado de los agroquímicos, como es el caso de Chile y Colombia.

Asimismo, planteó que también se generará un debate sobre las desventajas del cultivo de productos transgénicos, es decir, que son alterados genéticamente para mejorar la calidad y resistencia de los mismos.

«Todavía en el país no hay permisos para cultivar productos transgénicos, pero posiblemente con la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA) se pretenda la importación a gran escala de esas semillas».

Sin embargo, dijo que hay una gran presión de instituciones científicas y del gobierno que están muy interesados en experimentar porque es tecnología  moderna que puede resolver el problema de algunas plagas, pero existe el peligro de que esa tecnología afecte a los cultivos orgánicos.

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