Advierte la situación demográfica de la República Dominicana es muy seria

Advierte la situación demográfica de la República Dominicana es muy seria

El aumento del déficit causifiscal del Banco Central, como resultado del aumento de las tasas de interés,  atenuará la capacidad de maniobras de éste ante cualquier crisis bancaria o cambiaria.

¿Por qué intereses tan altos en la construcción y en la producción exportable, contribuyendo con ello a la depresión de estos dos sectores que emplean decenas de miles de dominicanos y que tienen pocos componentes importados? Indudablemente, la estabilidad de la banca es un logro importante del presente gobierno.

Ahora, no obstante al gran respeto que le profesamos a los banqueros dominicanos, no creemos que es sostenible, ni mucho menos justo, en un país como el nuestro que requiere permanentemente de la inversión en los sectores productivos, que su cartera de préstamos destine cerca del 80 por ciento al consumo y al comercio. Alguna fórmula tendrá que buscar el gobierno que garantice préstamos de la banca, manteniendo su solidez actual, que se destinen al sector productivo, especialmente, el agropecuario y el de la producción de bienes para la exportación.

Otro punto, entre muchos que tocamos, es el concerniente a la percepción que de nosotros tienen las principales naciones del mundo, acudiendo a estos cuatro índices fundamentales:

1. El de desarrollo democrático.

2. El índice de transparencia.

3.  El índice de libertad económica.

4. El índice de competitividad mundial.

5) El índice Gini 

Es obvio que podemos y, sobre todo, que debemos mejorar estos resultados para revertir esa imagen que sobre nosotros anda por el mundo. Otros aspectos que consignamos en este libro son:

1. El tabú de la tasa de cambio y su grave efecto en las exportaciones.

2.  El sistema eléctrico.

3. El turismo y las zonas francas.

4. La necesidad de darle un impulso dramático a la agricultura.

5. Tener –como Latvia, Estonia y Eslovaquia– una política agresiva exportadora.

Se ha tomado muchas veces como modelo a emular a Irlanda. A nuestro entender, no es el correcto, porque la Comunidad Económica Europea le ha asignado la suma, aproximadamente, de 20,000 millones de dólares en subsidios a través de los años.

La educación, especialmente, la educación técnica.

Y un tema de extraordinaria importancia social, política y económica: El tema haitiano. Y, de igual importancia y de estrecha conexión con el tema haitiano, la falta de una política demográfica.

La situación demográfica de la República Dominicana es muy seria. Cuando se refieren a ella se hace como si fuera un tema tabú, esta situación está íntimamente ligada a la situación demográfica haitiana y a la propia relación con nuestro hermano país.

Procedo a presentar las siguientes cifras demográficas para que cada uno de ustedes llegue a sus propias conclusiones.

1. La República Dominicana tiene 48,400 kms2 y Haití 27,250.

2. Nuestro país ha  tenido un crecimiento poblacional de 44%,(una cantidad extraordinaria) en los últimos 30 años. De 5,264,000 pasó a 9,465,000 habitantes en dicho período. Mientras que Haití creció una cantidad similar, 46%.

3. Haití tiene 303.7 personas por Km2 (uno de los porcentajes más altos del mundo, sino el más alto), y nuestro país está muy alto también: 182.5 personas por km2 (cerca del doble del promedio de América Latina).

4. En el 2005, el  68% de los habitantes dominicanos correspondían a edades entre 0 y 34 años, mientras que en Haití un 74% estaba en ese mismo rango de edades; o sea, en la etapa más alta de la reproducción humana. Estas cifras nos obligan a comprender la importancia de la situación descrita y que, de continuar, nuestro país con la inercia que presenta con relación a esta temática, constituye una acción potencialmente seria.                 

Estamos convencidos, y así se manifiesta en este libro que presentamos hoy, en este momento distante de disputas y ajetreos electorales, que nuestro país tiene condiciones especiales para enfrentar, con éxito, estos desafíos. ¿Cuáles son estas condiciones?:

• Sitio geográfico extraordinario.

• Excelentes gerentes rurales y urbanos.

• Un índice alto de estudiantes universitarios.

• Estructura eficiente de turismo y zonas francas.

• Una infraestructura física aceptable para lograr el avance necesario.

• El país cuenta con instalaciones crecientes en alta tecnología, especialmente en la cibernética.

• Una diáspora que se crece cada vez más en el trabajo productivo y que mantiene vivas sus raíces, sus vínculos con su país de origen.

Necesitamos concretar objetivos fundamentales. Estamos convencidos de lo siguiente:

De la necesidad, ineludible, de modificar el modelo económico que tenemos. Pasar de un modelo de servicios, inversiones de capital, turismo, zonas francas, y enormes gastos en importaciones, consumo exagerado, a otro que siga apoyando estos sectores pero que reduzca  la importancia de las importaciones, y que modere, dramáticamente, el consumo ostentoso y que aumente dramáticamente la producción de bienes, especialmente, las exportables.

Estamos convencidos que somos capaces de construir –lo que nunca hemos logrado en nuestra historia– una democracia participativa, en la que los ciudadanos estén claramente enterados del porqué de las acciones del liderazgo nacional y que puedan participar, de forma natural, en la ejecución de esas acciones.

Estamos convencidos que no hay nada más potente para ejecutar un plan de nación que un pueblo apoderado, enterado y movilizado.

Días antes de presentar renuncia a la Secretaría de Finanzas, último cargo público que he desempeñado, escribimos unas líneas sobre el tipo de nación que necesitamos. Hoy creemos que esas líneas poseen la misma actualidad y pertinencia que cuando las escribimos. Hoy, en estos momentos especiales de mi vida, ante ustedes, en este momento histórico que vive nuestro país, me permito reproducir algunas de esas ideas.

Decía el sabio Lao Tze: “Acumular amor significa suerte, acumular odio significa calamidad. Quien no reconoce los problemas termina dejando la puerta abierta y las crisis surgen”. Donde él dice amor, agregaríamos: información y voluntad de acción. Y donde él dice odio, añadiríamos: egoísmo, inmovilismo y posiciones sustentadas en la emotividad.

También se atribuye a Lao Tze esta sentencia: “El combate nada tiene que ver con la pelea”. La expresión de Lao Tze señala profundamente la diferencia que existe entre el combatiente y el peleador.

Veamos: El combatiente es aquel que posee visión de totalidad, aquel que sumerge su visión por debajo de la del colectivo entendiendo que si a la nación le va bien, a  él o a  ella  le  irá  bien; es  aquel  que   proyecta   y   acciona  conforme a lo que entiende que ocurre a plazo relativamente largo entendiendo que si eso ocurre, a él, a ella y a la nación, le irá bien a corto y mediano plazo.

El combatiente admite, sin sonrojos, sus errores y los utiliza solamente como una lección para no volver a repetirlos. El combatiente comprende, sin importar su larga trayectoria de estudio y vivencias, que cada día pueden surgir nuevas informaciones que pueden hacerlo cambiar de opinión, aunque nunca cambie sus principios ni su línea de conducta. El combatiente, en otras palabras, sabe que si a la nación le va bien, a él le irá irremediablemente bien, no importa las circunstancias. En cambio, el peleador le rinde culto al individualismo, reacciona ante hechos intrascendentes, recibe confort por el ajuste de cuentas, interpreta su rol en la sociedad en el sentido de “sálvese quién pueda”.

El peleador nunca admite sus errores, pues tal admisión la considera como signo de debilidad. Se cree poseedor de la verdad o simple y llanamente ésta no le interesa porque carece de un equilibrio espiritual interno. La diferencia entre las naciones que prosperan y las que no, en estos tiempos de cambios tumultuosos y continuos, es muy sencilla: las que prosperan su clase dirigencial poseen la visión, la voluntad y la capacidad de acción para convertir el país en una nación de combatientes y no en una de peleadores. Las que no prosperan, es todo lo contrario, son naciones entregadas a la improvisación y la dejadez. Tenemos fe en que nuestro país emergerá triunfante de este desafío, que no buscamos pero que tenemos que enfrentar para seguir existiendo como nación libre y soberana.

¡Unámonos todos ante esta crisis y procedamos a crear una nación de combatientes! (y 4).

Las frases

Un tema de extraordinaria importancia social, política y económica, es el tema haitiano. Y, de igual importancia y de estrecha conexión con el tema haitiano, está la falta de una política demográfica”.

Nuestro país ha  tenido un crecimiento poblacional de 44%, (una cantidad extraordinaria) en los últimos 30 años. De 5,264,000 pasó a 9,465,000 habitantes en dicho período Haití creció 46%”.

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