POR MARIO MÉNDEZ
El agua que se extrae de los  lagos, ríos o acuíferos subterráneos en la República Dominicana ya no basta para satisfacer las necesidades humanas y del ecosistema, debido a la degradación que afecta las cuencas hidrográficas, como la deforestación, la contaminación y la disminución de caudal, entre otras.

La contaminación de las fuentes de agua con líquidos residuales de los centros urbanos, con residuos agrícolas e industriales y con la acumulación de basura en drenajes localizados cerca de los cursos de agua, forma parte de los principales problemas del sector.

Esa situación se agrava porque la población carece de una cultura de conservación, uso y protección de los cuerpos de agua.

Ante esa situación se impone un uso más racional del agua.

En un documento preparado por el programa Cultura del Agua del INDRHI, se señala que el manejo inadecuado del agua, tanto dentro como fuera de las viviendas, ha causado niveles tan elevados de deterioro del medio ambiente que imponen la búsqueda de soluciones conjuntas, no sólo por parte de los gobiernos, sino también por parte de todos los ciudadanos.

Entre las causas por las que se debe ahorrar agua cita el aumento en la cantidad de pobladores y el acelerado proceso de urbanización, que presiona los cursos de agua superficiales y contribuye a disminuir las áreas de descargas de los acuíferos subterráneos.

Además, por el incremento de la demanda de agua en los procesos de industrialización y por la creciente extensión de las tierras de regadío, debido a la demanda  cada vez mayor de alimentos por parte de la población.

Ante esa situación el documento propone que todos los sectores sensatos de la sociedad participen en la labor de concientización de mucha gente que ignora la gravedad del agotamiento del recurso agua, tanto en el territorio nacional como a nivel mundial.

Esta situación fue abordada por el director ejecutivo del INDRHI, ingeniero Frank Rodríguez, en una exposición ante el IV Foro Mundial del Agua, que concluyó esta semana México. Rodríguez indicó que el escurrimiento superficial de agua en el país es de 19 mil millones de metros cúbicos al año y que el potencial de explotación  de las aguas subterráneas es de dos mil 500 millones de metros cúbicos.

Dijo que para el aprovechamiento de este vital recurso, en el país se han construido 34 presas, las cuales tienen una capacidad total de almacenamiento que supera los 1,500 millones de metros cúbicos.

Esas estructuras tienen la triple finalidad de garantizar agua para el consumo humano, para riego y para la generación de energía. De hecho, el 17 por ciento de la electricidad que se consume en el país, que equivale a 1,340 gigavatios hora por año, lo producen las hidroeléctricas. La potencia instalada es de 524.5 megavatios.

En lo que se refiere a riego, en el país existen 288 sistemas que cubren una superficie de 4,830,560 tareas.

La cantidad de regantes que se benefician de esos sistemas asciende a 77,300, que tienen como sus principales cultivos arroz, plátano, banano, habichuela, guandul, frutas y vegetales.

A sabiendas de que en los sistemas de riego tradicionales se desaprovecha el 70 por ciento del agua, ya que de cada 100 metros cúbicos por segundo que se derivan sólo se utilizan 30, el INDRHI aplica tecnología de punta para la optimización de este recurso.

En ese contexto, desarrolla el proyecto de riego por goteo Los Olivares, en Pedernales, inició la instalación de un sistema de riego por microaspersión en el proyecto Baiguá, en San Rafael del Yuma, Higuey, y se propone desarrollar un proyecto de regadío por goteo en la comunidad El Vallecito, en las montañas de Azua, al sur de la Cordillera Central.

Las tecnologías de riego por goteo y por microaspersión contribuyen a aumentar considerablemente la eficiencia de aplicación del agua.