Especialistas estadounidenses habrían detectado excrementos humanos en las aguas del mar en la playa de Boca Chica, lo que equivale a decir que quien se baña en el lugar estaría en contacto con altos niveles de contaminación y riesgo a la salud.
La revelación fue hecha por Gilberto Reynoso, director del Gabinete del Agua, quien expuso que el dato está contenido en un estudio realizado por los extranjeros, el cual detecta las aguas del litoral sureste del país como altamente contaminadas, sobre todo en la zona de Boca Chica, municipio de la provincia Santo Domingo.
En ese sentido, el especialista dijo que tomar un baño en dicha playa es como ponerse en contacto con por lo menos dos kilos de excremento, lo que se traduce en un riesgo para la salud de las personas.
El funcionario indicó que las aguas de las corrientes de este a oeste impactan la costa de Boca Chica que tiene las condiciones de una laguna natural, razón por la cual se acumulan los residuos contaminados, como las heces humanas.
Asimismo, expuso un diagnóstico sobre el recurso agua en la República Dominicana, las zonas que disponen de mayor cantidad de lluvias, fuentes acuíferas, la demanda, el uso en la agricultura, los hogares y en la industria.
El experto habló en la presentación del Compromiso Nacional para un Pacto por el Agua, con la participación del ministro de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD), Miguel Ceara Hattton; el viceministro de Planificación e Inversión Pública, Pável Isa Contreras, y el director de Despacho, Ranulfo Rodríguez.
La propuesta para el Compromiso Nacional para un Pacto por el Agua, a cargo del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD), fue compartida con líderes de opinión y reporteros de medios de comunicación, en los salones de la institución gubernamental.
Gilberto Reynoso tuvo a su cargo la presentación del tema Brecha y Riesgo Hídrico en el Territorio Nacional, en el que resaltó la falta de integración para la gestión del recurso agua en la República Dominicana, con decenas de entidades que participan cada una por separado, sin una política nacional del agua.