La actual falta de lluvias y las altas temperaturas han dejado nuevamente a uno de los ríos más largos de Norteamérica en mal estado, obligando a los administradores de recursos hídricos a advertir ayer a los agricultores de la región central de Nuevo México que dependen del río Bravo —también conocido como Grande— que los suministros se agotarán en las próximas semanas.
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Eso significa que se tiene previsto que algunos de los tramos del río que atraviesan la zona de Albuquerque se sequen, tal como ocurrió el año pasado.
Administradores de recursos hídricos y biólogos del Distrito de Conservación de la Región Media del Río Grande y la Oficina de Recuperación aseguran que están trabajando para mitigar los efectos sobre la carpa chamizal, un pequeño pez nativo en peligro de extinción.