WASHINGTON (AFP).- Irak causa cada vez más dolores de cabeza al gobierno del presidente George W. Bush, atrapado en una polémica sobre los contratos para la reconstrucción de Irak, la reestructuración de la deuda iraquí y las acusaciones a la empresa Halliburton.

Según el Pentágono, una filial del grupo Halliburton encargada del sector petrolero en Irak infló los precios de la gasolina exportada a ese país por un monto que podría ascender hasta los 60 millones de dólares.

Halliburton estuvo dirigida por el vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, antes de asumir el cargo en 2001 y se le adjudicaron contratos para la reconstrucción de Irak que no fueron objeto de licitación previa.

«Si hubo sobrefacturación, y nosotros pensamos que sí la hubo, el dinero deberá ser devuelto», declaró el presidente en Bush en respuesta a las preguntas de la prensa en la Casa Blanca.

Este tema no podía caer en peor momento para la administración Bush. Ya es objeto de fuertes críticas por su decisión de excluir de los principales contratos para la reconstrucción de Irak a las empresas de los países que se opusieron a la intervención militar anglo-norteamericana para derrocar a Saddam Hussein en marzo.

Esta medida suscitó las vehementes protestas de varios países, como Alemania, Canadá, Rusia y Francia, que pensaban que Washington tendría mejor disposición hacia ellos tras el final de la guerra en Irak.

La decisión de Washington también tiene lugar en el peor momento para James Baker, el enviado especial de Bush para ocuparse de la deuda iraquí, quien iniciará el lunes una gira por Europa. Esta tendrá varias etapas: París, Berlín y Moscú, principales acreedores de Irak y que disponen del poder de reducir el fardo financiero resultante de la deuda acumulada por el antiguo régimen de Saddam Hussein.

[b]Niño mata otro 3 años[/b]

NEW BRUNSWICK, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) Un niño de 11 años se declaró culpable de asesinar a uno de 3, y admitió que lo golpeó con un bate de béisbol y lo dejó boca abajo en un canal de desagüe.

Aaron Kean, que tenía 10 años al momento del delito, dijo el jueves a un juez que cometió el crimen porque el pequeño le estaba molestando y quería usar su motoneta, dijeron testigos de la audiencia al diario The Star-Ledger, de Newark.

Kean, de Woodbridge, podría ser sentenciado a 20 años de confinamiento en una audiencia el viernes. Se anticipa que será despachado a un centro psiquiátrico en otro estado.

Las autoridades dijeron que Kean se llevó a Amir Beeks de una biblioteca en marzo, lo aporreó con un bate y lo dejó boca abajo en un canal de desagüe. El pequeño murió al día siguiente en el hospital.

Inicialmente también se entabló una acusación de asalto sexual porque al pequeño se le halló con los pantalones bajos, pero la acusación fue luego retirada.

Las autoridades han descrito a Kean como un niño perturbado que solía pelear con sus vecinos y que fue expulsado de dos escuelas.

[b]Buscan vacuna gripe[/b]

WASHINGTON (EFE).- El Gobierno de EEUU sostiene que la gripe todavía no ha alcanzado el grado de una epidemia pero, con casos en sus 50 estados y una escasez de vacunas, miles de personas pasan hoy frío mientras hacen cola para recibir la inoculación.

El secretario de Salud, Tommy Thompson, y la directora de los Centros para Control y Prevención de Enfermedades, Julie Gerberding, anunciaron que se ha ordenado la adquisición de otras 250.000 dosis de la vacuna contra la gripe.

«La gripe este año no es especialmente grave, y no hay pruebas de que esta temporada en particular, o esta cepa Fjuian en particular, sea más peligrosa que cepas que hemos enfrentado en el pasado», dijo Gerberding.

A pesar de todo, la noticia de que escasean las vacunas ha motivado a personas que, en todo el país y desafiando el frío, forman largas filas en algunos centros de vacunación y esperan durante horas para obtener su inoculación.

El Gobierno ha indicado que esta semana los departamentos de salud pública de los estados recibirán unas 100.000 dosis, y en enero se despacharán otras 150.000 para niños.

Cada año la gripe lleva a los hospitales de Estados Unidos a unas 115.000 personas, y en una temporada promedio mueren unos 36.000 de los pacientes -en su mayoría ancianos, niños pequeños o personas con otras enfermedades- debido a esta enfermedad estacional.