Advierten de peligro del turismo en la Antártida

Advierten de peligro del turismo en la Antártida

Cerca de 30.000 personas, cuatro veces más que hace diez años, se cree que llegarán este año a la Antártida para observar a  los pingüinos, las focas y las aves marinas

LONDRES, EFE.- El gobierno británico advertirá esta semana en Nueva Delhi en una reunión internacional dedicada a la Antártida que el creciente número de turistas que llegan en cruceros representa un grave peligro para el continente blanco.

   Según adelanta el diario «The Guardian», la delegación británica participante en la reunión anual del Tratado Antártico reclamará una mayor regulación de ese turismo masivo.

   Según los expertos, un eventual derrame de petróleo desde un buque pondría en peligro la fauna de la región y se tardaría además años en limpiar.

   Cerca de 30.000 personas, cuatro veces más que hace diez años, se cree que llegarán este año a la Antártida para observar de cerca a los pingüinos, las focas y las aves marinas.

   A ellos hay que sumar otras 7.000 que pasan en crucero por las proximidades del continente sin desembarcar.

   Los turistas no llegan allí sólo como antes en barcos pequeños con capacidad para doscientas personas sino también en grandes transatlánticos que pasan varios días en las proximidades de la Antártida como parte de viajes más largos.

   La nueva reunión de los signatarios del tratado de 1961 que hizo de la C una reserva natural dedicada a la paz y a la investigación científica viene precedida del accidente sufrido por un buque noruego, el MS NordKapp, que encalló en enero en la isla Decepción y generó un pequeño derrame de petróleo.

   El equipo británico que asistirá a la conferencia está preocupado por el impacto medioambiental de los grandes transatlánticos.

   «Cuando esos buques transitan por aguas de la Antártida, están quemando fuel y contribuyen así a las emisiones que causan el cambio climático», advierte el delegado británico.

   El Reino Unido quiere que se prohíban los buques que no hayan sido reforzados especialmente para el hielo y se establezca un sistema mediante el cual haya siempre un buque dispuesto a ayudar a cualquier otra embarcación con problemas ya que la Antártida carece de guardia costera.

   También está la propuesta de prohibir el desembarco de pasajeros de buques capaces de transportar a más de quinientas personas aunque sea un desembarco escalonado.    El turismo en la Antártida está regulado por la Asociación de Operadores Turísticos de la Antártica, que ha establecido directrices estrictas, pero el sistema es voluntario.

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