POR SOILA PANIAGUA
Varios expertos internacionales alertaron ayer sobre la introducción al país de cultivos transgénicos y semillas para su producción, porque atentaría contra la siembra y exportación de productos orgánicos.

Fernando Bejarano González, de la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas de México; Mario Ahumada y Alvaro Guillén, del Movimiento Agroecológico de América Latina y El Caribe, afirmaron que si se permite la introducción el país de transgénicos, la producción local podría sufrir daños irreparables, lo que se sumaría los efectos negativos que a largo plazo tiene el consumo de esos alimentos.

Ponderaron también la importancia de mantener la producción tradicional y evitar los daños ecológicos y a la salud usando métodos tradicionales, que son los de mayor demanda a nivel mundial.

La producción de transgénicos será analizada a partir de hoy en la «Primera Conferencia Internacional sobre Organismos Genéticamente Modificados», a partir de las 8:00 de la mañana, en el Hotel Clarion, donde organizaciones ligadas a la salud, la agricultura orgánica, la protección ambiental y la protección a los consumidores, darán sus opiniones sobre el problema.

Según los expertos, aunque los propulsores de la producción, basada en sistema transgénico, afirman que este podría ser la solución al hambre que afecta a millones de personas, pese a que hace más de 10 años que trabajan en ellos, aun no se ha visto ningún resultado positivo en ese sentido.

La producción de transgénicos es una tecnología en experimentación que promueven empresas transnacionales para tener un mayor control de la oferta alimentaria.

Esos cultivos, según los expertos, han sido modificados genéticamente, es decir, que se les ha insertado un gen de otra especie para producir una característica que naturalmente no tendría.

Tal es el caso del maíz, al que se le injerta un gen de una bacteria que produce una toxina que al ser comida por un insecto, le causa la muerte.

«Entonces, esa es una tecnología que aparece como un avance científico, con muchas promesas, entre estas, que va resolver el problema del hambre», dijo Bejarano.

Entre los rubros que ya se producen mediante el uso de esa tecnología están los tomates, maíz, papas, algodón, que se cultivan en Estados Unidos, que es uno de los mayores promotores de esos cultivos.

Dijo que detrás de ese tipo de cultivos hay grandes corporaciones que han invertido grandes recursos en su promoción y divulgación a nivel mundial.

Los transgénicos, los plaguicidas y la heroicidad van de las manos, por lo que las transnacionales que los impulsan hacen doble negocios, pues venden las semillas, plaguicidas y el yerbicidas.

Dijo que esas empresas presionan a los países para que acepten en sus mercados los transgénicos, sin ningún tipo de control para reforzar su comercio, sin importar los daños que estos provoquen a la salud.

Según Alvaro Guillén, coordinador general del Movimiento Agroecológico de América Latina y el Caribe, en el país no hay controles para el comercio de productos transgénicos.

Dijo que aunque en el territorio nacional, aún no hay registro sobre la importación y el cultivo de productos agrícolas transgénicos, en el mercado se venden algunas conservas en cuya producción se usaron transgénicos.

Advirtieron el peligro de que la República Dominicana, considerado como uno de los principales exportadores a nivel mundial de productos orgánicos, pierda esa ventaja por dejar entrar al territorio nacional los transgénicos, considerado como factores de alta peligrosidad para el medio ambiente y la salud humana.

Explicaron que la agricultura orgánica es una de las principales alternativas que tiene el país para competir en el mercado, en el marco de un tratado de libre comercio, por lo que se debe evitar por todos los medios dañar esa condición.