Sectores empresariales se quejaron ayer de que las navieras actúan “como chivos sin ley», ya que ni siquiera informan a los clientes las razones de los recargos que establecen y calificaron de insoportable el incremento en el cobro adicional de US$90 diarios por cada contenedor refrigerado en el muelle.

También se quejaron de la actitud de las empresas navieras, la Asociación de Exportadores (ADOEXPO) y el industrial Celso Marranzini.

Particularmente, el ingeniero Horacio Alvarez, vicepresidente ejecutivo de ADOEXPO, dijo que nadie soportaría un recargo de US$90 diarios y que si esta medida se lleva a cabo, podría ocurrir que las navieras no encuentren con quién hacer negocios porque sus clientes quiebren.

“Las navieras piensan hacer su agosto con los sectores exportador e importador, basándose en una penalización excesiva de US$90 diarios por el tiempo que dure cada contenedor refrigerado en los muelles», expresó.

El vicepresidente ejecutivo de la ADOEXPO se preguntó qué empresa puede soportar pagar US$90 diarios durante varios días.

Marranzini, a su vez, al ser consultado por separado, dijo que las navieras actúan «como chivos sin ley», que no discuten con sus clientes los aumentos, no hacen ofertas por volumen, ni les preocupan si subiendo los precios bajan las ventas. Consideró que la relación de los empresarios con las navieras es muy difícil, tanto así que, a su entender, ya es preferible negociar con el gobierno como cliente, que hacerlo con ellas.

Las navieras, según Marranzini, conforman un sector que trata a sus clientes de una forma poco comercial.

Dijo que el día que en el país aparezcan dos o tres navieras que no participen en un cartel, las que surjan podrán adueñarse del mercado.

Se quejó de que las navieras no se ocupan de explicarles a los clientes, las razones de los incrementos de las tarifas de los fletes ni de los recargos.

Manifestó que los clientes de las navieras se enteran de los nuevos cargos cuando llegan a los muelles, «y yo creo que así no pueden seguir, mucho menos en una situación tan delicada como la que vive el sector empresarial de la República Dominicana».

Sobre este mismo punto, el ingeniero Alvarez expresó que no entiende por qué las navieras, que se supone deben ser aliadas de los sectores importador y exportador, toman esas medidas.

Al respecto, dijo que las navieras deben entender que en la medida en que los exportadores tienen mejores condiciones de producción y para exportar, más servicios marítimos utilizan.

El cobro de US$90 diarios por concepto del tiempo que dure el contenedor en el muelle, «es exageradamente alto, en un momento tan delicado donde el sector soporta más penalizaciones», dijo.

Alvarez manifestó que en la coyuntura actual que vive el país, hay la tendencia a que todas las empresas quiebren.

Añadió que a las navieras no les conviene contribuir con la quiebra de los sectores importador y exportador, porque si esto ocurre, «con quiénes van a hacer negocios».

Llamó a la sensatez y cooperación de las navieras, a los fines de ponerse de acuerdo con sus clientes y que éstos no resulten perjudicados.