SAN JUAN DE LA MAGUANA.- Productores agrícolas y ganaderos, así como empresarios que se dedican al financiamiento de la siembra de habichuelas, arroz y maíz, advirtieron hoy que si se llegara a prohibir por completo, mediante métodos coercitivos, el uso de mano de obra haitiana, se da como un hecho el colapso de la producción agropecuaria en el país.

Manuel y Víctor Matos Pérez y Milcíades Espinosa, representantes del sector en esta provincia, reiteraron su disposición de costear la carnetizacion y luego el retorno a su país de la cantidad de haitianos que en cada siembra y cosecha necesitarán, al tiempo de quejarse de que las autoridades competentes, en este caso la Dirección General de Migración, no implementan un programa permanente en esa dirección instalando oficinas, al menos en provincias y municipios en donde se practica una actividad agrícola intensiva todo el año.

Con el inicio formal el cinco de este mes de la tradicional siembra de  más de 150 mil tareas de habichuelas en la presente época de invierno y ante la ausencia de obreros dominicanos para esas labores, los haitianos llegan masivamente al y se internan en distintos campos de esta provincia.

Y es que la contratación de esa mano de obra extranjera-haitianos-, que representa el 95 por ciento para esos fines,  se ha convertido en una especie de “mal necesario”, no solo para el cultivo de la leguminosa que se hace cada año, sino para otras actividades agrícolas y ganaderas, como la siembra y recolección de arroz, maíz, gandules, pastoreo y ordeño de las vacas, principalmente, debido a que los dominicanos que hace una década, prácticamente “desaparecieron”.

Como ya se inicio el caroteo, mureo y mojada de las tierras que serán sembradas de habichuelas rojas y negras, en todas las vías de comunicación terrestre que intercomunican esta ciudad con todos sus campos, Elías Piña y Azua, se observa un verdadero hormiguero humano de haitianos y haitianas, así como también en las áreas suburbanas de aquí.

Los Matos Pérez y Espinosa negaron las versiones de que los empresarios agropecuarios y de la construcción prefieren contratar mano de obra haitiana para “explotarlos, pagándoles los días y los ajustes en las parcelas, fincas agrícolas y ganaderas mucho más barato que a los dominicanos, y eso es falso, porque le pagamos igual y hasta más, cuando estamos presionados por el tiempo para realizar labores de desyerbo, fumigación y recolección”.

Aseguraron que si las autoridades competentes les buscan mano de obra dominicana, no contratarían un solo obrero haitiano, porque al estar en este país de manera ilegal, siempre “constituyen un problema”.

Para evitar ser apresados y repatriados, los cientos de haitianos que ingresan al país de manera ilegal por la franja fronteriza, desde Pedro Santana hasta Hondo Valle, la mayoría se aloja en casuchas deshabitadas y enramadas de los propios dueños de parcelas y fincas, ya que para las autoridades de Migración poder penetrar y apresarlos, deben contar con autorización de un juez o del Ministerio Público.

Ante la cada vez mayor demanda de mano de obra haitiana, se han formado grupos compuestos por dominicanos y haitianos, principalmente de estos últimos, especie de “coyotes, trata de blanca”, quienes contratan a sus compatriotas con los propietarios de fincas, y luego durante la actividad agrícola, se convierten en “capataces, en vigilantes de los grupos”, por cuya tarea reciben un salario más alto y sus respectivos “peajes” al término de la recolección de los rubros alimenticios.