Aeropuerto Expedición 14 de Junio

Aeropuerto Expedición 14 de Junio

LEANDRO GUZMÁN
La reciente decisión del Gobierno de poner el nombre de la Expedición del 14 de Junio al remodelado aeropuerto de Constanza, indiscutiblemente contribuye a fortalecer y perpetuar la memoria de esa pléyade de jóvenes dominicanos e internacionalistas que conscientes de sus riesgos abonaron con su sangre nuestra tierra, sembrando así la semilla que en menos de dos años germinó y contribuyó a poner fin a la oprobiosa tiranía de Trujillo.

Ese aeropuerto está enclavado en un valle de unos 20 kilómetros cuadrados, circundado por la Cordillera Central del país, y es una de las zonas más ricas en cuanto a producción de hortalizas, vegetales y flores. Los que se dedican a estos cultivos siempre han afrontado precariedades, debido al permanente mal estado de la carretera de acceso a Constanza, que el Gobierno ordenó reconstruir.

El aeropuerto viene a ser una especie de «tabla de salvación» no solamente para los productores agrícolas, sino también para los promotores turísticos que en lo adelante podrán ofertar a Constanza como un promisorio sitio de destino. Los cosecheros agrícolas tienen ahora la oportunidad de sacar sus productos por la vía aérea, tanto para el mercado local como para el de las islas del Caribe.

Constanza tiene todas las condiciones para ocupar un punto relevante en el mapa turístico dominicano, puesto que posee un clima maravilloso y un paisaje como pocos. El remodelado aeropuerto representa, además, la posibilidad de nuevas inversiones turísticas generadoras de empleos y de divisas.

Si a esto se añade la reconstrucción de la carretera que une a la autopista Duarte con la ciudad de Constanza, tenemos que para los constanceros esto es una gran esperanza, pues son muchos los años de espera.

Esa carretera ha sido reparada en múltiples ocasiones, con inversiones millonarias, pero siempre hay la queja de vicios de construcción y de trabajos mal realizados, lo que equivale a que todo haya sido un gasto prácticamente inútil, pues las dificultades para el tránsito, con el consiguiente peligro en una zona montañosa donde abundan los precipicios, lo que ha hecho es dificultar la salida de la producción y desincentivar las visitas de la gente a ese valle paradisíaco.

Los expedicionarios que llegaron al antiguo campo aéreo el 14 de Junio de 1959, para combatir con las armas al dictador Trujillo, deben sentirse contentos en el lugar preferencial de la dimensión en que se encuentran, pues perciben que poco a poco ha ido abriéndose paso una corriente positiva para que no se borre de nuestras mentes la memoria histórica, como quisieran algunas personas y grupos retardatarios.

Hay otra señales que así lo indican, pues cada vez son más frecuentes los actos de recordación no solamente de los patriotas de junio, sino de otros dominicanos que con su prisión, tortura, exilio o muerte, contribuyeron con la causa democrática, haciendo posible la existencia de sucesivos regímenes donde en sentido general se han respetado los procesos eleccionarios, las libertades públicas y el respeto a los Derechos Humanos.

Cuando los gobiernos comienzan a reconocer públicamente a los héroes de sus respectivos pueblos, tienen derecho a ocupar algunos de los capítulos más brillantes en las páginas de la Historia.

La verdad es que valió la pena la espera de los 48 años transcurridos desde el 14 de Junio de 1959, para reconocer el punto de llegada de los integrantes de esa Raza Inmortal a territorio dominicano, en esta ocasión con la designación en su honor de un aeropuerto que sin lugar a dudas contribuirá aún más al progreso de una comunidad que, como Constanza, se lo merece de sobra porque sus hombres y mujeres siempre han estado involucrados en el trabajo que enaltece y dignifica.

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