Más de 300 personas, niños, mujeres y hombres, del barrio Alto de Nuevo Isabela y Los Macos, en Santo Domingo Norte, se refugian apiñados en una casa en construcción, sin servicios y huérfanos de autoridades que los socorran, luego de que sus casas fueron inundadas por una cañada durante las más recientes tormentas tropicales.

Además del hacinamiento  que padecen en el lugar, en la zona se ha desatado un brote de mosquitos, enfermedades en la piel, respiratorias y de conjuntivitis sin que hasta el momento ninguna autoridad  haya cumplido su obligación social.

Desde el paso de la tormenta Ike, los habitantes de Alto Isabela y Los Macos, en Los Guarícanos de Villa Mella, tuvieron que abandonar sus casas y refugiarse en un proyecto de apartamentos del Banco Nacional de la Vivienda (BNV), muy cerca del lugar, de donde fueron expulsados  por militares la semana pasada.

Desde entonces los desamparados se refugiaron en una casa en construcción, si acaso con espacio para  moverse, ni ventilación suficiente para un ser humano respirar.

República Encarnación Montero, madre de seis hijos, lamentó que ninguna autoridad haya acudido en su  auxilio, lo que ha agravado su situación con el brote de mosquitos y enfermedades infecciosas.

Una de las niñas afectadas es María Julieta González, de apenas dos años, a quien  hubo que llevarla ayer al hospital Francisco Moscoso Puello, antes de que se despedazara  rascándose.

La niña es hija de María Morla y Julián González, quienes aprovecharon para exigir de Salud Pública acudir en auxilio de los moradores del lugar, porque de lo contrario tendrán que acudir luego a recoger los muertos.

Ayuntamiento lleva tractor y se daña

Wilian Martínez, presidente de la junta de vecinos de Alto Isabela negó que ocuparan los apartamentos con la finalidad de quedarse en ellos, sino porque no tuvieron otras alternativas, después  de que sus casas fueron arropadas por el agua de la cañada.

Dijo que hace una semana  el Ayuntamiento de Santo Domingo Norte envió una  retroexcavadora para limpiar la cañada, pero que supuestamente se dañó el primer día y no ha sido reparada.

Observó poca voluntad del cabido por sanear la cañada.