Afectados Las Cañitas y Los
Guandules esperan asistencia

Afectados Las Cañitas y Los<BR>Guandules esperan asistencia

POR JUAN M. RAMIREZ
Decenas de damnificados por la tormenta  Noel, de los barrios Las Cañitas y Gualey, sacados de la margen occidental del río Ozama, el 29 de octubre, se vieron obligados a regresar a sus casas porque no les dejaron otra alternativa.

Como antes del paso del fenómeno atmosférico, niños, mujeres, hombres y ancianos, reiniciaron sus labores acostumbradas. La escuela Pituca Flores, de la parroquia Ascensión del Señor, comenzó la docencia, los pequeños talleres de tapicería, correa y otros oficios  siguen su curso.

El grito unánime de los moradores de la parte baja de Las Cañitas y de Gualey, es que no han tenido el auxilio de las autoridades del Gobierno y que el Ayuntamiento del Distrito Nacional tiene en su poder un estudio de reparación de viviendas, pero no arranca.

El Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) no ha ido a la zona para censar las viviendas y buscar una solución a la vulnerabilidad en que se desenvuelven cientos de familias que respiran las aguas residuales de las cañadas y el hedor que sube del río.

Máximo Suero,  a pesar de que su casa estaba en un lugar más alto que la mayoría de las viviendas de la margen del río, se vio precisado a abandonarla porque las aguas llegaron hasta las ventanas.

Para él su mayor preocupación es que un censo que hizo el cabildo no lo tomó en cuenta, por lo que en cualquier situación de emergencia podría ser arrastrado por las aguas.

Iris Díaz se la pasó ayer tratando de secar su casa y los pocos ajuares que posee de los que le  quedaron, pus apesar de que Noel lleva 18 días que pasó no han sido suficientes para que su vivienda esté en condiciones de ser habitada.

Margara Contreras, que tuvo que ser rescatada y llevada a un refugio de la Iglesia Católica en la parte alta del barrio, todavía ayer trataba de acondicionar su casa, ya que  al igual que sus vecinos, no ha tenido la mano solidaria de las autoridades.

Contreras vive  prácticamente en la orilla del Ozama, solamente la divide un vertedero improvisado, que junto al río constituye un foco de contaminación y que hacen de esa zona un lugar inhumano.

“Yo me salvé porque salíhuyendo para adonde el padre, porque ya el agua estaba en el techo de la casa”, señaló Dulce María Alcántara, quien dijo que lleva 40 años en ese lugar.

El sacerdote Joselito Beltré, párraco de la iglesia Ascensión del Señor, en Las Cañitas, informó que el colegio Santo Domingo que pertenece a la parroquia, albergó a 300 familias, las que mantuvo durante varios días con la ayuda de instituciones y particulares.

Manifestó que luego de la tormenta las familias esperan el auxilio del Gobierno, sobre todo para las reparaciones de casas y la reubicación de otras en lugares seguros, ya que están conscientes de que sus vidas siempre estarán en peligro en la orilla del río.

Los moradores de Las Cañitas destacaron  el apoyo que le ha ofrecido la parroquia.

Rehacen sus vidas

Damnificados tratan de rehacer su vida luego de la tormenta Noel

Necesitan el respaldo del Gobierno, quien no ha ido al lugar.

Están con vida por el apoyo ofrecido  por  la parroquia Ascensión del Señor

El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha hecho un censo que califican de excluyente

Algunas casas pueden ser reparadas, pero la mayoría están están practicamente sobre el río.

Empiezan sus labores en   talleres,  tapicería y otras actividades.

La escuela Pituca Flores acoge a 200 niños, de los más pobres del barrio.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas