El cardenal Nicolás de Jesús Rodríguez dijo anoche que las personas que en la política se aferran al poder son víctimas de tentaciones y criticó el abuso de la autoridad estatal que se cree omnipotente y sin límites en su ejercicio.
El Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo calificó como idolatría el entusiasmo excesivo con el poder.
López Rodríguez, en el programa Fe y Acontecer, que conduce los domingos por Televida, junto a Miguel Franjul, afirmó que el hombre y el mundo actual están marcados por la falta de fe y del ateísmo.
El sacerdote sostuvo que hoy predomina el culto al hombre como sustituto de Dios, manifestación de que vive mucha gente.
Para el Cardenal son grandes ignorantes los señores que se creen grandes genios por encima del Dios. «La gente que se entusiasma con el poder y que se aferra al poder es otra idolatría».
Expresó que el poder en cualquiera de sus dimensiones, llámese rey, emperador, presidente o como se llame, «es un simple servidor de la comunidad. Ese es el único concepto valido de la autoridad».
Criticó que la persona con autoridad se crezca, se endiose y se considere omnipotente y que su poder no tiene límites en su ejercicio.
López Rodríguez manifestó que los grupos de expresión también son ídolos que tratan de imponer sus caprichos, aberraciones y errores a como de lugar, entre los que citó los abusos de los homosexuales y lesbianas.
Denunció que abortistas presionan a los políticos para darle su voto a condición de que impongan esto por ley.
El Arzobispo se refirió como formas de idolatría a la explotación de seres humanos por otros, la violencia en sus múltiples manifestaciones, la alucinación del sexo, la droga, el alcohol y el consumismo.
El obispo expresó que otras tentaciones en el mundo actual son religión-mágica y supersticiosa, lo que describió como la acción de querer domesticar a Dios, asegurándose a toda costa su favor, a base de mecanismos seudo religiosos.
«Hay gente que cree que a Dios se le puede agarrar», agregó.
Consideró que la superstición y el culto mágico son frutos de una fe mal formada y definió los conceptos como querer aprovecharse de Dios colocándolo al servicio de los propios intereses y seguridades.
El prelado deploró que con este método se quiera tratar de hacer mal a otros y que se intente manipular lo sagrado en provecho propio.
«La religión autentica, frente a todas estas comedias y tonterías de superstición y magia, es una relación muy personal de conocimiento, de amor, de respuesta, de fidelidad y de servicio al Dios único,» dijo.