Afilar cuchillos para sí mismo

Afilar cuchillos para sí mismo

Son preocupantes las señales de que en ocasiones ingresan a  la Policía y a  cuerpos de seguridad  personas  que  al parecer no pasan por  un efectivo  cedazo detector de  antecedentes y perfiles sicológicos riesgosos. Las propias  entidades  revelan  repetidamente la participación  de   miembros en actos delincuenciales o  de complicidad con malhechores. Es grave además que  se les  asignen tareas  que aprovechan  para fines criminales. Prima el criterio de  que los pasados  asaltos a gente que salía  del aeropuerto  fueron  facilitados por la filtración de datos sobre viajeros obtenidos al interior de   organismos de seguridad del AILA; síntoma de lo antes expuesto.

La falta de rigor en el reclutamiento y asignación de funciones  se revela incluso sumamente peligrosa para las propias instituciones. En sonados casos de un año acá oficiales y agentes  fueron asesinados  directamente por otros policías o con el uso de armas pertenecientes al  cuerpo del orden  y suministradas a título de préstamo o alquiler por otros miembros, los    que  por tanto  co-actuaron en  hechos de sangre contra sus propios  compañeros de uniforme. Debe evitarse  a toda costa que la delincuencia se esconda en rangos. No hacerlo equivale a afilar cuchillos para la propia garganta de los policías serios y la sociedad en general. El poder e influencia de los infiltrados pueden crecer y nadie sabría cuáles serían las consecuencias de esa mayor magnitud del problema.

Costos y tarifas de la enseñanza

La educación es un servicio imprescindible y el Estado  tiene ineludibles  obligaciones para con ella, incluso destinándole cada vez más recursos. La participación privada  es notable en el país con educadores y centros que han brillado por su labor.  En gran  medida, la insuficiencia de aulas   y fallas del sector público  justifican la existencia de colegios privados para diferentes niveles sociales. Los hay desde condiciones muy humildes, con maestros empíricos,  hasta centros de alta categoría.

Procede resaltar   que la labor  que les toca  a estos planteles debe responder a   normativas  del Estado  y a  planes y objetivos sociales, sin escapar además a  lineamientos  de las autoridades para  la fijación  de tarifas. El Ministerio de Educación debe garantizar que la docencia  privada   sea brindada  bajo un control tarifario  oficial basado en costos reales y en la calidad del profesorado y de las instalaciones en que se desarrolla.

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