Afinemos nuestros controles

Afinemos nuestros controles

La globalización de la economía y la apertura comercial abren para los países competitivos la oportunidad de incrementar sus exportaciones, y para los no competitivos el reto de alcanzar competitividad suficiente para entrar en esta dinámica.

Los tratados de libre comercio, bilaterales o multilaterales, tienen la virtud de consignar de manera detallada las reglas de intercambio, las condiciones bajo las cuales los bienes y servicios de un país son permitidos en el otro.

Sin embargo, el intercambio comercial bilateral, fuera del esquema riguroso del libre comercio, tiene sus dificultades y riesgos de diversas índoles.

El caso de muchas de las mercancías originarias de China Continental ilustra de manera abundante el señalamiento anterior. Hace poco tiempo hubo que retirar de los mercados pasta dental hecha en China que contenía una sustancia peligrosa para la salud y para estos días se están retirando juguetes de dos marcas estadounidenses muy reconocidas, pero fabricados en China también porque contienen tóxicos.

También, el procurador general de La Florida, Bill McCollum, ha advertido sobre problemas de seguridad en neumáticos de manufactura china.

La República Dominicana tiene un comercio muy activo con China, sobre todo en materia de importación. Cada vez es mayor la cantidad y variedad de productos chinos que ingresan a nuestro mercado.

¿Contamos nosotros con los medios y la voluntad necesarias para detectar, como ha ocurrido con la pasta dental, los juguetes y los neumáticos, sustancias perjudiciales para la salud en la abundante mercancía china que nos llega?

Uno de los retos que nos plantea la apertura de mercados es precisamente el de ponernos en capacidad de resguardar la integridad sanitaria y ambiental de nuestro país mediante la detección a tiempo de todo aquello que pueda hacernos daño.

Hasta ahora, en esta materia hemos estado a la zaga, dependiendo de que otros, como Estados Unidos, detecten el peligro y divulguen su hallazgo para nosotros actuar en consecuencia.

Es necesario que afinemos nuestros propios  controles.

Hay precedente

La idea de crear la figura de Fiscal Nacional, con independencia y plenos poderes para actuar contra el crimen, no es una novedad y hay por lo menos un precedente.

Una vez desarticulada la tiranía de Rafael Trujillo, el prestigioso jurista Rafael Valera Benítez fue designado fiscal especial de jurisdicción nacional, con plenitud de poderes para perseguir a miembros de la dictadura acusados de horrendos crímenes. Se recuerda su actuación en el enjuiciamiento de los asesinos  de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal.

El presidente de la Suprema Corte de Justicia ha propuesto un Fiscal Nacional independiente para perseguir los actos de corrupción en todos los ámbitos.

En principio la idea es buena, merece ser ponderada como una alternativa viable para forzar a que la Justicia desarticule la armadura de impunidad en torno a los actos de corrupción, públicos y privados. Funcionarios del propio Gobierno se han pronunciado sobre la abundancia de la corrupción. La figura del Fiscal Nacional no es nueva y en el pasado dio buenos resultados. Probemos ahora.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas