POR RAMON A. SALCEDO SOTO
COTUI.- El párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, de esta ciudad, advirtió que la actitud de soberbia de muchos hijos frente a los padres, unida a la difícil situación en los barrios, se constituyen en ingredientes que fomentan la violencia en la sociedad dominicana.
El padre Félix Nova manifestó que lo que la iglesia dominicana está haciendo, con el cardenal López Rodríguez a la cabeza, es un gran aporte encaminado a orientar a la población a incorporarse a la lucha contra la violencia que afecta al país.
Dijo que la violencia que vive la nación es fruto de la desesperación, por la situación de crisis que les ha tocado vivir a los dominicanos en los últimos años.
El religioso consideró que en la medida en que la población vaya recobrando la esperanza, y el país se encamine por buen rumbo, la violencia tenderá a disminuir de manera considerable.
«Se ve a la gente agresiva en las calles, en los barrios, y yo creo que eso tiene que preocupar, no solamente a la Iglesia, si no a todos», dijo que padre Nova.
LA FAMILIA
El sacerdote manifestó, por otra parte, que el consumo de alcohol y los vicios en sentido general, son elementos que se agregan a la desesperación y la soberbia de la juventud, creando tensión el seno familiar.
Exhortó a la familia dominicana a aprovechar el tiempo de Adviento y Navidad para reflexionar, aumentar la comprensión y la unidad familiar, retomando los valores que se han perdido.
«Los padres, por estar en bebidas y fiestas, a veces se descuidan y olvidan su rol de orientadores y conductores de sus hijos por el camino correcto, para convertirlos en hombres y mujeres con vocación positiva en la sociedad», expresó el sacerdote.
Pidió a los padres y a la juventud que aprovechen las navidades para concentrarse en sus hogares y retomen las oraciones cristianas que se han perdido mucho, como una forma de reforzar la unidad familiar, que a su vez es una efectiva forma de lucha real contra la violencia.
«Si la familia marcha unida por el camino correcto, se fortalecen los cánones morales, el entendimiento y la comunicación. La misión de un buen padre es el de velar por sus hijos, que traten de orar juntos, comer juntos y darle vigencia a esos valores que mantendrán siempre la unidad familiar», sostuvo el religiosos.