Afirma captores la trataron bien

Afirma captores la trataron bien

Redacción central, (EFE).- La periodista estadounidense de 28 años Jill Carroll fue puesta hoy en libertad tras 82 días de un cautiverio en el que sus captores la trataron “muy bien”, según sus propias palabras, y cuyo final feliz puso de relieve el papel mediador de los partidos suníes con los grupos insurgentes en Irak.

Según relató ella misma, Carroll fue conducida esta mañana por tres hombres desconocidos hasta la sede del Partido Islámico Iraquí (el más importante de la comunidad suní de Irak), en el barrio de Karj-Norte en la orilla occidental del Tigris.

La periodista, que llevaba la cabeza cubierta con un velo a la usanza islámica, se acercó a la sede del partido y entregó un mensaje escrito al guardián que custodiaba el edificio que decía: “Hemos liberado a la rehén Jill Carroll. Haced con ella lo que os parezca”.

En la misma sede del partido suní la periodista declaró a la cadena “Bagdad Televisión” que sus secuestradores la habían “tratado muy bien” y reveló que permaneció cautiva en una habitación “con un mobiliario muy básico” donde las ventanas estaban cerradas a cal y canto.  “Me permitieron leer periódicos en una ocasión, así como ver la televisión, aunque no fue suficiente para seguir lo que estaba pasando en el mundo”, dijo, mientras sonreía en algún momento.

Antes de ser entregada a las tropas estadounidenses, el secretario general del Partido Islámico, Tareq Hachemi, le regaló un ejemplar del Corán, con el mensaje de que, como libro sagrado de los musulmanes, “llama a la tolerancia y la fraternidad, y rechaza el asesinato de inocentes”.

Carroll fue secuestrada el pasado 7 de enero cuando se disponía a entrevistar al conocido líder suní Adnán al Duleimi, y su traductor fue asesinado en el momento del secuestro.

Los secuestradores, identificados como miembros de las “Brigadas de la Venganza”, habían exigido para su liberación la excarcelación de ocho mujeres presas en Irak y las autoridades iraquíes pusieron en libertad a algunas de ellas, aunque negaron que esa medida tuviese alguna relación con sus exigencias.

Pero la liberación de Carroll ha puesto de relieve el papel mediador de los partidos suníes de Irak con varios grupos de la insurgencia.

El Partido Islámico de Irak, el principal de la comunidad suní, negó cualquier relación con la liberación de la reportera, pese a que fue entregada por sus captores en una sede de su agrupación en la capital.

“El PII es una agrupación política con credibilidad, los secuestradores saben que el partido tiene buenos contactos con el gobierno iraquí y con EEUU”, declaró a EFE Amar Wayih, uno de los dirigentes del PII.

Wayih rechazó que su partido haya desempeñado algún papel en la liberación de Carroll, de 28 años, al decir que el secretario general del PII, Tarek al Hachemi, “sólo hizo varias peticiones a los captores para que la dejasen en libertad”.

Por su parte, la familia de Carroll expresó su alegría y envió un mensaje de solidaridad a los rehenes aún retenidos en ese país árabe.

En un comunicado leído por Richard Bergenheim, el director del periódico “Christian Science Monitor” -para el que colaboraba Carroll cuando fue secuestrada-, la familia pidió que se respete su intimidad, para poder “centrarse en la recuperación” de la periodista.

La familia expresó su agradecimiento a la publicación por “mantener viva la imagen de Jill en Irak” y tuvo un momento de recuerdo para los occidentales que aún permanecen secuestrados en el país árabe.

También el presidente de Estados Unidos, George Bush, mostró su satisfacción por la puesta en libertad de la periodista y afirmó que su primera reacción fue dar gracias a Dios.

Desde Berlín, donde participa en una reunión para tratar sobre Irán, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, expresó el “gran contento y el gran alivio de Estados Unidos, del pueblo de EEUU y, estoy segura, de todo el mundo por la liberación”.

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) dejó ver también su alegría pero anunció que celebrará el 8 de abril una jornada internacional de protesta contra la impunidad en los asesinatos de profesionales de los medios.

En un comunicado, el secretario general de la FIP, Aidan White, “aplaudió” la liberación de Carroll pero añadió: “seguimos extremadamente preocupados por el destino de los periodistas iraquíes Rim Zeid y Marwan Khazaal, que están aún secuestrados”.

“Continuaremos haciendo campaña por su liberación y por el fin de la impunidad para los asesinos y secuestros de periodistas en Irak y en todo el mundo”, agregó White.

La asociación de defensa de la libertad de prensa Reporteros sin Fronteras (RSF) se felicitó por la liberación de Carroll pero reiteró también su “extrema inquietud” frente al “recrudecimiento de los secuestros y de los asesinatos de los periodistas en Irak”.

Según RSF, 39 periodistas han sido secuestrados en el país desde que empezó el conflicto y otros 86 han muerto.

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