WASHINGTON (AP) — Los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial dijeron ayer que si bien la globalización se ha convertido en la “la marca de nuestros tiempos”, es también un fenómeno que ha traído beneficios desiguales para miles de millones de personas y genera tensiones sociales en diversas regiones del mundo. 

Rodrigo de Rato, director gerente del FMI, dijo que la globalización no ha permitido una integración a los mercados financieros de los países de bajo ingreso y que “la turbulencia en los mercados de crédito es una señal de que no podemos dar por sentado el entorno económico benigno” visto en los últimos años.

 Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, sostuvo que en muchas regiones “las tensiones sociales estaban debilitando la cohesión política” ante los efectos dispares de la globalización en la población, especialmente en países de mediano ingreso, como la mayoría de América Latina. 

Ambos hablaron en la apertura de las sesiones plenarias de ministros de hacienda de sus 185 países miembros y que se realizaron en la jornada final de la asamblea de gobernadores efectuada durante una semana en Washington.

Las sesiones tuvieron lugar en el Constitution Hall del Museo de la Revolución estadounidense, cerca de la Casa Blanca.  Esta no es la primera vez que se hace notar en el seno del FMI y Banco Mundial las dificultades generadas por la globalización, pero es la primera en que los jefes de las dos instituciones lo formulan coincidentemente en una actividad pública y ocurrieron cuando ambas se encuentran también en un periodo de transición de sus respectivas administraciones. 

Para de Rato esta ha sido su última presentación en una asamblea de gobernadores, ya que a partir del 1 de noviembre será reemplazado por el francés Dominique Strauss-Kahn. 

Para Zoellick, al contrario, fue su primera asamblea después de asumir el cargo hace casi cinco meses en reemplazado de Paul Wolfowitz.  De Rato se va al haber renunciado por razones familiares cuando cumplía los primeros cuatro años de su mandato de cinco. Wolfowitz renunció en medio de un escándalo de amoríos, menos de tres años después de asumir el cargo.