Afirman Irán agilizó su programa nuclear

Afirman Irán agilizó su programa nuclear

Viena (EFE).- El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirmó ayer que Irán sigue desafiando a la comunidad internacional al acelerar su programa de enriquecimiento de uranio, según refleja su último informe sobre el programa nuclear de la República Islámica.

En lugar de cumplir las exigencias del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y suspender el enriquecimiento, las autoridades de Teherán han decidido acelerar ese programa sin ofrecer la cooperación y transparencia requeridas.  Esa es la conclusión a la que han llegado los inspectores del OIEA, encabezados por el director general, el egipcio Mohamed El Baradei, en el informe que marca el fin del plazo dado a Irán por el Consejo de Seguridad de la ONU para suspender sus actividades nucleares más sensibles. En el documento de siete páginas, al que tuvo acceso EFE, se confirma que Irán ha conseguido enriquecer uranio hasta un grado de pureza del 3,6 por ciento, tal y como lo había anunciado el pasado 13 de abril el propio presidente de ese país, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.

Asimismo, los expertos de la ONU informan de que Irán ha usado hasta el momento una sola cascada de 164 centrifugadoras, en las que ha inyectado uranio en forma de gas (UF6) para el enriquecimiento.

A esa primera cascada podrían unirse pronto otras dos, que se encuentran en construcción en estos momentos, según confirman los expertos de la agencia nuclear de la ONU.

Dependiendo del grado de enriquecimiento, el uranio sirve para producir combustible nuclear para plantas de energía o para la fabricación de bombas atómicas.

El OIEA destaca además que este jueves recibió una misiva en la que Teherán ofrece presentar en las próximas tres semanas un calendario para concretar la futura cooperación con la agencia nuclear de la ONU.

Sin embargo, esa oferta está condicionada a mantener el “dossier iraní” en el marco del OIEA, con lo que Irán trata de evitar cualquier actuación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en ese período de tiempo.

Para que el Consejo pueda condenar a Irán bajo el capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas (que autoriza el uso de la fuerza) se debe determinar que ese país es una amenaza inminente a la paz y la seguridad internacional.

Un diplomático consultado por EFE en Viena descartó hoy que en el informe del OIEA “haya información alguna que indique que Irán constituya un peligro para la seguridad y paz internacional”.

Otra fuente confirmó ese análisis al sostener que el informe “no contiene pruebas contra Irán pero demuestra que las investigaciones deben seguir”.

Por otra parte, la conversión de uranio en la planta de Isfahan, en el centro del país, sigue en marcha y se espera que termine a lo largo del presente mes de abril.

Desde septiembre de 2005, unas 110 toneladas de uranio en gas (UF6) han sido producidas bajo la vigilancia del OIEA.

Pese a la solicitud de la Junta de Gobernadores de dicho organismo de que reconsideraran la construcción de una planta de agua pesada en Arak, el OIEA pudo confirmar en una visita a ese lugar que los trabajos de construcción continúan.

La petición de la Junta se debe a que en una planta de agua pesada se puede producir plutonio, otro material que sirve para la fabricación de bombas atómicas.

Pero no son sólo las actividades de enriquecimiento en sí las que preocupan al OIEA, sino también la falta de información sobre algunos aspectos de ese programa.

“Sigue habiendo puntos negros en los conocimientos de la agencia sobre el contenido y el alcance del programa de centrifugadoras (para enriquecer uranio)”, señala el documento.

“Por eso, y otras lagunas, incluyendo el rol del ejército en el programa nuclear de Irán, la agencia no ha podido progresar en sus esfuerzos de dar seguridad sobre la ausencia de actividades y materiales nucleares no declarados en Irán”, agrega el documento.

“Después de más de tres años de esfuerzos de la agencia para esclarecer todos los aspectos del programa nuclear iraní, las lagunas existentes siguen siendo un asunto de preocupación”, concluye.

El informe fue entregado hoy a los 35 países miembros de la Junta de Gobernadores del organismo y simultáneamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

El órgano máximo de la ONU debe reaccionar ahora al informe de El Baradei, y las fuentes consultadas señalaron que un pronunciamiento del Consejo podría tardar varias semanas ante la falta de consenso entre las cinco potencias con derecho a veto.

China y Rusia defienden una línea más suave en el conflicto, debido en parte a los grandes intereses comerciales y nucleares que mantienen con la República Islámica.

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