GUATEMALA (EFE).- El acuerdo de libre comercio conocido como CAFTA-DR no detendrá la masiva emigración de centroamericanos hacia EEUU, porque la región carece de una solidez económica y política que produzca bienestar, señalaron ayer líderes políticos.

   Esa es una de las principales conclusiones de la XIV Conferencia de Partidos Políticos organizada por el Parlamento Centroamericano, que reunió a unos 300 representantes de los partidos políticos de Centroamérica y República Dominicana, países firmantes de ese tratado comercial con EEUU que se espera que entre en vigor en 2006.

   Los dirigentes conocieron los resultados de un estudio realizado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU acerca de los efectos del TLC en los procesos migratorios.

   Este estudio fue presentado por el guatemalteco Salomón Cohen, funcionario de la OIM, quien aseguró que, según cifras de esa institución, actualmente radican en Estados Unidos unos 5,15 millones de centroamericanos, de los que más del 50 por ciento lo están allí de forma ilegal.

   El informe de la OIM señala que a pesar de que el tratado conocido como CAFTA-DR por sus siglas en inglés prevé importantes beneficios económicos para el desarrollo de la región, éstos tardarán en llegar hasta las poblaciones más empobrecidos.

   «Para potenciar el libre comercio deberán crearse condiciones de competitividad que faciliten las nuevas inversiones y negocios previstos», explicó Cohen.

   Pero mientras esto se da, agregó el experto, es previsible que miles de centroamericanos continúen emigrando hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.

   Para ello, sugirió la OIM, es imprescindible que las corrientes migratorias sean «sujeto de un marco legal para administrar sus movimientos, alejándolas de la irregularidad y clandestinidad que las rodea con implicaciones humanitarias y de seguridad».

   Estadísticas de esa institución señalan que en 2003 fueron deportados de Estados Unidos hacia Centroamérica unos 174.578 inmigrantes ilegales, cifra que subió a 204.207 el año pasado y que en lo que va de 2005 ha alcanzado los 103.405.

   «Legalizar las corrientes migratorias requiere de intervenciones coordinadas de los gobiernos centroamericanos y los de México y Estados Unidos», precisó Cohen.

   En la declaración final de la Conferencia, los dirigentes políticos apoyan estas sugerencias de la OIM y subrayan la importancia que para el desarrollo de la región tienen las remesas familiares que los que se fueron envían a sus países.

   El diputado panameño Julio Palacios dijo a periodistas que el fenómeno de las migraciones debe abordarse desde diferentes perspectivas para lograr soluciones definitivas, las cuales deben centrarse en la lucha contra la pobreza y la exclusión, principales motivaciones de los emigrantes para dejar sus países.

   Los políticos también mostraron su preocupación por los peligros que padecen los emigrantes para viajar hacia Estados Unidos, y se comprometen a impulsar políticas públicas para proteger y garantizar los derechos humanos de quienes tratan de alcanzar «el sueño americano».

   En ese sentido, durante la inauguración de la conferencia, el vicepresidente guatemalteco, Eduardo Stein, advirtió a los participantes sobre que el fenómeno de las migraciones ha sido aprovechado ventajosamente por las bandas del crimen organizado internacional, las cuales han desplazado a los tradicionales «polleros» que se encargaban de guiar a los emigrantes hacia EEUU.

   «Tenemos indicios, al menos en el caso guatemalteco, de que varias de las rutas ya no están en manos de los ‘polleros’, sino que son rutas funcionales administradas por las pandillas juveniles», explicó el vicepresidente el pasado martes.

   Las maras (pandillas), que tienen nexos con el crimen organizado internacional, agregó Stein, «han incursionado en las actividades ilegales de la trata de personas, para hacer rentables sus espacios de impunidad».

   Los líderes políticos de la región también discutieron durante la Conferencia sobre la crisis de representatividad que padecen los partidos políticos en la actualidad, así como las reformas al Tratado Constitutivo del PARLACEN, y del Sistema de Integración Centroamericana.