Aflojar las presiones

Aflojar las presiones

El Presidente Medina revisó los acuerdos con la empresa minera Barrick-Gold. Consiguió negociar un arreglo, económicamente mucho más ventajoso para la República Dominicana. Las empresas extranjeras –sobre todo si son mineras- suelen hacer presión sobre los gobiernos de los países donde están instaladas. El mundo de hoy experimenta frecuentes sacudimientos financieros, fluctuaciones bursátiles y monetarias. El oro, como siempre, es el “recurso histórico” de los bancos centrales cuando se han excedido en la emisión de papel moneda. El metal amarillo que no oxida lo están comprando ahora: Rusia, China, India, EUA. Todos quieren “reforzar” sus monedas. Esta iniciativa del Presidente Medina tuvo un “lado nacional” y otro de relaciones exteriores.

El Presidente Medina compró el 98% de la deuda externa con Venezuela. Esa deuda, por concepto de compra de combustibles, podía pagarse con productos agrícolas, pues el gobierno venezolano estableció “condiciones blandas” para que la República Dominicana comprará petróleo crudo y productos refinados.
La crisis política y económica de Venezuela, tornó inestables los acuerdos petroleros. Comprar la deuda venezolana fue un acto inteligente.
También en este caso podemos decir que hubo una ventaja económica para la República Dominicana y, al mismo tiempo, una decisión de relaciones exteriores, útil para evitar presiones internacionales incómodas, que lesionaran nuestra economía o nuestra soberanía. Todavía no sabemos cuál será el destino del gobierno del Presidente Maduro, amenazado por un referendo revocatorio.
Hace unos pocos días, el Presidente Medina canceló una vieja deuda con el FMI, por un monto de 800 millones de dólares. A través de ese organismo internacional es posible ejercer presiones sobre los gobiernos deudores.
Es claro que pagar al FMI significa haber “cumplido con las obligaciones contractuales” y tener la puerta abierta para nuevos empréstitos, si fuesen necesarios. Pero, además, es otra decisión de relaciones exteriores que nos libra de embestidas internacionales indeseables.
“Solicitar” a la OEA que “pida perdón” por haber refrendado la invasión de 40,000 “marines” en 1965, es una forma de decir: esas intervenciones del pasado no deben repetirse en lo futuro. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, declaró en una ocasión que en una isla no debería haber dos países; olvidando las islas inglesas, Borneo, San Martín. ¿Fueron “vacunas” políticas contra las imposiciones internacionales?

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