África

África

POR MARGARITA QUIROZ
La historia dominicana escrita por los dominicanos es un hecho que se viene analizando desde que los habitantes de esta isla tomaron conciencia de la importancia de conformar un Estado de nación. Desde ese entonces surgió el reto de desarrollar preguntas en torno a quiénes somos y, ante todo, de dónde procedemos.

Sin duda, una temática compleja y desafiante, más aún, sí en los actuales momentos, el análisis localista se deja a un lado e intervienen en él, quienes históricamente han sido parte de los protagonistas de esta historia: los africanos.

Pero para lograr eso hay que llevar al continente africano y a los países influenciados por esta cultura de retorno a sus orígenes. De ahí la urgencia de que todos los países con influencias de esta cultura unan sus riquezas y proyectos de desarrollo para crear así una gran potencia.

Esta es la posición de cinco embajadores africanos con sede en Cuba, los cuales visitaron el país la semana pasada, invitados por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode) para disertar sobre la Diversidad cultural africana; la Presencia africana en el Caribe; la relación África-América Latina y la Lucha contra la pobreza y objetivos del milenio.

Los embajadores que estuvieron el país son Claudia Grace Uushona (Namibia), Isaac Antwi-Omane ( Ghana), Crispina Gomes (Cabo Verde), Pascal Onguemby (Congo Brazzaville) y Thenjiwe Mtintso (Sudáfrica). En el país no hay embajadas africanas. Congo Brazzaville es un país africano de habla francesa, en Cabo Verde se habla portugués, en Namibia alemán, en Ghana inglés y en Sudáfrica holandés.

La distancia no es obstáculo

Para el embajador del Congo, Pascal Onguemby, los miles de kilómetros que separan a África de Latinoamérica no son, ni serán, obstáculos para que, de llegarse a un concenso, unan sus riquezas, económicas, culturales y naturales en aras de preservar su identidad, ya que ambas partes tienen como causa en común ganarle la batalla al subdesarrollo.

Además otra causa en común es que África vivió en carne propia la esclavitud, razón por la cual existen muchos negros en América Latina. «Por estas razones nosotros no estamos lejos sino más bien cerca».

Para Onguemby, África no sólo influyó en la música y la gastronomía dominicana sino también en el color de la piel lo que evidencia claramente que los dominicanos son descendientes africanos.

Una historia camuflada

De acuerdo a Crispina Gomes, embajadora de Cabo Verde, muchos de los elementos de la historia de África que hoy se conocen han sido frecuentemente enmascarados, camuflados, desfigurados y mutilados, según los intereses de quien o de quienes se proponen estudiarla, por lo que es tiempo de promover una nueva imagen de este continente. Es decir, dejar de identificar a África con conflictos tribiales, golpes de Estado, enfermedades, pobreza, miseria extrema, analfabetismo y otras calamidades. «Esta es una visión reductora, eurocéntrica y superficial. África tiene su historia y esta no empieza con la trata de esclavos y colonizadores», puntualiza.

 Asimismo, la diplomática plantea que se puede decir que África interrumpió su desarrollo natural y su historia por factores exógenos como la trata de esclavos y el colonialismo y éstos impulsaron una serie de convulsiones en las sociedades africana y son las causas de muchos de los problemas que hoy enfrenta.

En su ponencia titulada Diversidad cultural africana, Gomes explica que todos los males que se atribuyen al África de hoy, como también las oportunidades que se le ofrecen, son el resultado de esas fuerzas invasoras.

La historia africana es un ejemplo de resistencia cultural ante la ocupación extranjera y, muestra que los países pueden ser ocupados y sus habitantes exterminados o esclavizados, pero jamás su cultura.

Por eso –dice Gomes– la actual liberación de los mercados que «se nos imponen debe verse no sólo como una decisión económica, sino sobre todo desde el plano político y cultural, ya que trata de reforzar la subordinación de la cultura del continente a la cultura homogénea neoliberal transnacional».

Por eso, dice, es imprescindible respetar la dimensión cultural del desarrollo porque de otra manera entraríamos en un proceso de pérdida de valores, cultura y conocimientos acumulados a través del tiempo, así como de la identidad y la capacidad de un desarrollo auténtico.

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