Africanía y americanía: dos junturas que
dialogan en una poética de la identidad

Africanía y americanía: dos junturas que <BR>dialogan en una poética de la identidad

POR ODALÍS G. PÉREZ
En los últimos veinte años el dominio de estudios afroamericanos se ha desarrollado a partir del intercontacto interdisciplinario planteado por las llamadas ciencias humanas y sociales. Esta dirigida atención al paradigma de la interdisciplinariedad admite conexiones y vínculos que muchas veces superan la idea de un marco genérico clasificable, de tal manera que un dominio de análisis específico puede dialogar con otro dominio no perteneciente al dominio de base para el estudio específico.

Sabido es que hoy la historia, luego del ejemplo historiográfico francés y alemán basado en el tipo narrativo monotextual y politextual, asimila en proceso el orden de ciencia, mentalidad, grupo, atributo y tradición en la dinámica de una fluencia de los espacios culturales, raciales, religiosos, sociales, literarios y geopolíticos, entre otros. Los estudios culturales y las influencias del interculturalismo y el multiculturalismo, plantean hoy al crítico, historiador y teórico de la literatura, nuevos modos de mirar e imaginar el mundo de la obra y el imaginario poético en sus variadas funciones de recepción, participación y producción:

En el caso de los estudios americanos y afroamericanos, la doxa crítica relativa a estructura, diacronía y tipología, no ha podido proponer hasta ahora un cuadro argumental unificado por razones de valor y funcionamiento areal, y, además, por razones de programas que impiden, en los casos elegidos, formular aspectos coincidentes en cuanto al modo de estudiar, reconocer cualificar y representar las expresiones literarias.

Tanto el afroamericanista, como el americanista fijan sus objetos de investigación en función de intereses culturales y de trabajo direccional. En las visiones del americanista y del afroamericanista, existen preferencias de investigación y especialidad a partir de regiones culturales y académicas. De ahí los siguientes campos de estudio:

AMERICANÍA

 Estudios peruanos 
 Estudios mexicanos o aztecas
 Estudios bolivianos
 Estudios cubanos
 Estudios dominicanos
 Estudios caribeños
 Estudios latinoamericanos
Estudios brasileños
… y otros

AFRICANÍA

 Caribe afroinsular
 Caribe afroantillano
 Afrocubanía 
 Estudios afrocolombianos
 Folclor afroamericano
 Literatura afrocriolla
 Oralidad afroamericana
… y otros

Existe en el marco de estos estudios la variante especializada y la variante modular o conformativa de la investigación direccional de las regiones académicas y culturales. Revistas, anuarios, cuadernos, enciclopedias, boletines, antologías y compilaciones, sirven de apoyo al marco general y al marco especializado de programación y pesquisa.

Por la vía de los estudios hispánicos, la Americanía se encuentra hoy determinada por el movimiento intelectual de un pensamiento y una información influida por el discurso historiográfico de la Iberia (España-Portugal) y de la Iberorromania (España, Francia, Italia, Rumanía, Portugal). Esta movilidad geocultural implica reconocer que, en el caso de la Americanía y la  Africanía, existen junturas que se diferencian en la perspectiva de la diversidad y del intercontacto cultural.

Existe en ambos casos un diálogo obligatorio entre ambas regiones de investigación. La negritud está ligada a la Americana, pero también, la afroamericanía surge en el espacio de la América marcada por un orden productivo, lingüístico, cultural y literario, entre otros. En el caso de la influencia de África en América, asistimos a un intercontacto o interdiálogo que permite escribir la diferencia, escribir las prácticas sociales y culturales de los sujetos reconocidos por la mirada contradictoria del orden socioproductivo y la colonización del pensamiento.

Para la investigación afroamericana y americanista, la metodología de trabajo ha logrado asimilar herramientas de la antropología cultural, la etnología religiosa, el folclor oracular, la comparatística americana, la etnohistoria y la etnoliteratura, entre otros dominios asimilados a los estudios culturales e interculturales. Las reuniones de trabajo dirigidas al conocimiento y establecimiento de metodologías orientadas a la crítica de ideas, textos y tradiciones neoafricanas en América, revelan que los estudios sobre posturas, respuestas, documentos e imágenes del, o sobre el negro, participan aun de ideas colonialistas y neocolonialistas, donde aparece la epoché de la cultura dominante y la orientación de un discurso teórico basado en la colonización del pensamiento oprimido.

Así las cosas, existen en los estudios afroamericanos metodologías de análisis que tienen su fundamento cultural colonialista. Los modelos de aplicación y análisis reproducen en este caso los estereotipos de una filología pro africanista que entiende el lenguaje, el texto y el documento en un marco tradicional con propósitos colonizadores muy precisos.

Universidades americanas, europeas y subcontinentales, aceptan programas de estudios basados en la idea de un rescate de la cultura africana y de la valoración de la negritud entendida como actitud política, literaria e histórica. La necesidad de un reconocimiento vertical de estos estudios, permite entender que a través de encuentros, manifiestos, tesis, congresos o simposios, se van desarrollando cada día más los estudios neoafricanos, afroamericanos o afroinsulares, habida cuenta de los puntos de convergencia o divergencia de los estudiosos, investigadores y escritores de América, África y el Caribe.

El volumen África en América (1977) publicado por la Unesco, arroja los datos necesarios acerca de los puntos claves de la Africanía en América y sus variables en el marco de los estudios específicos. La problemática de los aportes culturales y de la deculturación del negro en América, es analizada por Manuel Moreno Fraginals (1977), a partir de procesos reveladores de una metacultura y sus herramientas.

La reproducción social de las razas y la conciencia de la alienación se analizan en la travesía de una conciencia de la historia y una conciencia política que conduce a explicar la oposición raza-cultura, tal como lo muestra en, op. cit., Octavio Ianni (pp. 53-76). En el mismo coloquio Jean Benoit explica en qué consiste la organización social en las antillas, tomando en cuenta  el conocimiento de las islas y “las líneas generales hasta llegar a borrar las especificidades locales dentro de un esquema abstracto.” (op. cit. p. 77).

Es importante destacar para el conocimiento de la Africanía en América el documentado y puntual estudio de Edward Kamau Brathwaite, acerca de la presencia africana en la literatura del Caribe (op. cit. pp. 152-184), donde se analiza la problemática, las variables de la esclavitud y la emancipación en el contexto de las rebeliones y las crisis de conciencia del negro en las antillas mayores y menores. Las contradicciones y valores de la literatura afroantillana permiten reconocer entonces los diversos mundos sociales caribeños.

En el contexto de las representaciones y los contenidos espirituales de la América negra, se puede observar la travesía de una manifestación etnoartística y etnocultural del negro como sujeto de la historia en América. La música, la danza y la poesía construyen la imagen del negro en los diversos recorridos etnoculturales. La temática de la hibridización, el mestizaje, el mulataje, se presentifica  en la danza y en la música, tanto en el Caribe insular como en todos los países de la América Continental donde se observa la influencia y las raíces del negro.

Para la explicación de la espiritualidad del negro a través de la música, la danza y la poesía, véase Odilio Urfé (op. cit. pp. 215); Isabel Aretz (op, cit. pp. 238-278) y José Jorge de Carvalho (op. cit. pp. 279-303). La bibliografía de estudios especializados sobre la oralidad afroamericana, participa de un conocimiento de corpus regionales que testimonian un sincretismo expresivo donde se observa la relación música-danza como componente de la estructura cultural afroamericana.

Música, poesía y culto documentan una cultura de la esclavitud reveladora de las acciones de un discurso de poder y un discurso oprimido en América Latina y el Caribe. El cuento y la poesía cantados proyectan una espiritualidad que emite sus señales y signos mediante el canto, el ritual y los marcos de interpretación de los grupos sociales y subculturas de América Latina y el Caribe.

Americanía y Africanía permanecen en este contexto como dos junturas que dialogan en lo que hemos llamado una poética de la identidad. El ideologema de la dominación se reconoce en el culturema que permite entender signos e interpretantes, traductores de registros que tienen un anclaje espacial y temporal en el imaginario insular  afroamericano. La línea que enlaza con los tópicos del mapa que le sirve de base a la africanía entendida como posibilidad de transformación y liberación desde el discurso identitario, reconoce también los diversos espacios de recepción de la creación etnocultural y etnopoética de América.

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