Debes intentar no darle vueltas al pasado ni culparte por la ruptura, pensar en aquellas situaciones que se podrían haber evitado o aquello que podrías haber hecho para arreglar la relación ya no tiene sentido, sólo servirá para mortificarte.
En un primer momento, cuando los sentimientos están a flor de piel, es conveniente alejarse de la otra persona. Guardar esperanzas acerca de una posible reconciliación no es positivo, ya que hará que este periodo de superación se haga eterno.
Esto no quiere decir que se vaya a perder el contacto, pero aunque se busque tener una buena amistad, se debe dejar un tiempo de reflexión y reorganización, y así estar preparado para afrontar un nuevo tipo de relación con la ex-pareja.
Vuélcate en la familia y en los amigos, ellos sabrán comprenderte y te otorgarán el apoyo que necesitas. Puedes desahogarte con ellos, guardar tus sentimientos y emociones sólo te perjudicará, pero debes evitar ir de víctima, ya que corres el riesgo de que se cansen de aguantar tus lamentos. Consolarte no debe convertirse en una obligación para ellos.
Busca nuevas actividades, aquello que siempre deseaste hacer pero que no tuviste la oportunidad. Apúntate a yoga o salsa, haz un viaje a ese lugar con el que sueñas, sal con los amigos,… aprecia ante todo las ventajas que se te ofrecen, ¡no vivas de recuerdos!
Pero que no se convierta en una obsesión ni en una carrera de fondo por recuperar el tiempo perdido, también debes acostumbrarte a la soledad para poder afrontar la soltería con normalidad.
Siéntete bien contigo mismo, una ruptura de pareja es algo muy habitual, el amor no dura para siempre, pero no te angusties ¡el tiempo lo cura todo!. EFE/Reportajes