Aftas bucales

Aftas bucales

Las aftas o úlceras bucales (también denominada estomatitis aftosa recurrente) son lesiones que aparecen sobre la mucosa de la boca. Sus localizaciones más frecuentes son la mucosa oral y labial, los bordes de la lengua, los surcos bucales y linguales y el paladar blando.

Suelen tener una forma redondeada u oval, con una base amarillenta rodeada de un halo rojizo. Su diámetro varía entre 3-8 mm y puede ser una lesión única o pueden formar grupos de hasta 20 o más.

Son muy dolorosas, a pesar de su pequeño tamaño; se puede sentir ardor o picor intenso, antes de que aparezca la lesión (de 1-3 días). Estas lesiones curan espontáneamente en 10-14 días, sin dejar cicatriz. No suelen acompañarse de fiebre a no ser que se sobreinfecten.

[b]¿POR QUÉ SE PRODUCEN?[/b]

Su causa es desconocida aunque se considera que pueda estar relacionado con una reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal. También existe cierta predisposición genética.

En el caso de las aftas de origen traumático suelen derivarse de una herida en la mucosa bucal causada por el cepillo de dientes, prótesis dentales, mordeduras en la pared de la boca o la lengua, la ingestión de alimentos o bebidas muy calientes…

La mayor parte de las aftas bucales son de carácter limitado. Si estas lesiones no curan en el término de tres semanas, se repiten con demasiada frecuencia o no tienen un origen traumático deberá acudir a su médico para que estudie si existe una enfermedad subyacente,

[b]¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?[/b]

Normalmente no requieren ningún tratamiento. El único posible consiste en aliviar el dolor y reducir la inflamación. Es recomendable evitar las comidas muy condimentadas y los alimentos de fuerte sabor ácido, como los cítricos, hasta que las úlceras se hayan curado.

Entre los medicamentos que se usan para tratar las aftas se encuentran:

Anestésicos locales: para reducir la sensibilidad al dolor. Suele utilizarse la lidocaína al 2 por ciento en enjuagues orales cada 3 horas o antes de las comidas.

Antiinflamatorios tópicos: para reducir el componente inflamatorio. Se suelen emplear los corticosteroides, como la hidrocortisona y análogos de la carbenoxolona.

Estos fármacos se utilizan en forma de tabletas de disolución oral, geles, soluciones para hacer enjuagues… Suelen contener además un antiséptico local que actúa contra las bacterias presentes en la cavidad bucal para prevenir las sobreinfecciones.

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