Agapito Sánchez, otro campeón efímero (7)

Agapito Sánchez, otro campeón efímero (7)

POR CARLOS NINA GOMEZ
República Dominicana, con sus altas y sus bajas en el boxeo de paga, puede inscribirse entre los países sindicados como buenos en esta dura disciplina. Una nación que ha parido estelares pugilistas…en medio de las vicisitudes que caracterizan a nuestros países llamados del Tercer Mundo, República Dominicana ha tenido boxeadores que pudieron reinar en diferentes divisiones.

Agapito Sánchez, un humilde boxeador quisqueyano, figura en el selecto grupo de campeones dominicanos.

Este experimentado gladiador, hermano de Ernesto Sánchez, quien también fue boxeador e hizo gran parte de su carrera en Panamá, fue paso a paso trillando un obstaculizado camino hasta que logró aduañarse de un cinturón universal.

Agapito les siguió los pasos, en lo que respecta a la conquista de coronas mundiales en el peso súper gallo, a otros capacitados púgiles quisqueyanos.

Esto es, que emuló a Leonardo -Leo- Cruz, Julio Gervacio y Héctor Acero Sánchez quienes ganaron sendos campeonatos mundiales en la categoría de los súper gallo.

Sánchez, aunque en los primeros años de su carrera no tuvo la brillantez ni la publicidad de los antes citados monarcas dominicanos, sí dejó ver su eficiencia técnica.

A Sánchez, quien contó con la ayuda de su hermano Ernesto…porque Ernesto Sánchez, quien aprendió a boxear en la siempre buena escuela boxística de Panamá -la tierra de Roberto «Mano de Piedra» Durán, La Leyenda, el mejor boxeador latino de todos los tiempos-, ganó importantes peleas en el extranjero.

Además de Panamá, Agapito se internó en Estados Unidos, especialmente en Nueva York.

En Nueva York, donde precisamente reside en la actualidad, protagonizó buenos combates hasta que, por sus corridas victorias, llegó a su anhelada oportunidad que era, obviamente, subir al cuadrilátero y contender por la faja mundial de las 122 libras.

Aprovechó la oportunidad

Agapito Sánchez, a pesar de su tamaño -es pequeño, apenas unos cinco pies y cuatro pulgadas-, supo golpear a sus rivales más altos.

Aunque también sufrió inesperadas derrotas, sobre todo frente a rivales de «poca monta», nunca fue afectado por la frustración.

Gilberto Maldonado, el mismo apoderado de boxeadores -mexicano- que llevó al fenecido Eleoncio Mercedes a conquistar el campeonato mundial del peso mosca, tuvo el «ojo clínico»para descubrir al acorazado gladiador dominicano.

Maldonado, quien sigue siendo un exitoso manejador de púgiles, se hizo cargo de la carrera de Agapito.

Y en un «cerrar y abrir de ojos» lo llevó -en septiembre del 2001- a ir en busca del cinturón súper gallo de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).

El pugilista criollo, para entonces con expediente profesional de 35 peleas de las cuales había perdido cinco, subió al ensogado para enfrentar al colombiano Jorge Monsalvo.

Molsalvo, quien estaba considerado como un peleador de dura pegada, difícil para los rivales de baja estatura como Agapito, siempre creyó que comería con su dama.

Sin embargo, casi desde el mismo momento que comenzó la pelea, la cual fue vista en el pa1s por televisión abierta, se vio al quisqueyano con más eficiencia…Agapito, en el combate cuerpo a cuerpo, conectó explosivos puños que llegaron limpios a los planos bajos del colombiano.

Parecía que el dominicano estaba preparando su ofensiva para los siguientes rounds…y así ocurrió.

En el séptimo asalto Agapito, con una efectiva combinación (gancho y recto) depositó en el piso a Monsalvo.

El ataque del criollo nunca dio tregua y siguió golpeando a su rival hasta que el árbitro decidió detener las acciones.

Y Agapito Sánchez, quien se mantiene activo con marga de 43-8-1, conquistó la corona mundial del peso súpe rgallo…y se sumó a la selecta lista de los púgiles dominicanos ganadores de cinturones mundiales.

De pasó se convirtió en el cuarto dominicano en ganar un título mundial en los súper gallo.

UNA PELEA MALA

Agapito Sánchez, como les ha ocurrido a púgiles campeones, tras ganar el cetro súper gallo ante Monsalvo, la próxima reyerta dejó mucho que desear.

Fue aquel combate que por la unificación del título de las 122 libras protagonizó con el filipino Manny Pacquiao.

Pacquiao, un veterano y marrullero peleador, era el campeón súper gallo, pero respaldado por la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

Para algunos críticos, Agapito y su apoderado cometieron un grave error en firmar un pleito unificador de títulos con Pacquiao.

El dominicano, aunque no perdió la corona en su pleito con Pacquiao -la decisión fue un empate técnico-, no se presentó en las mejores condiciones…e hizo una pelea mala.

El quisqueyano hasta golpes ilgales conectó. Lo mismo ocurrió con el filipino y la consecuencia de ese combate mediocre fue que el árbitro detuvo la pelea por golpes ilgales de ambos púgiles. Se produjo entonces el empate técnico y Agapito y Pacquiao bajaron del ring como subieron: Ambos siendo campeones del mundo.

Rafael Isenia, a la sazón Comisionado Nacional de Boxeo, jugó un papel importante, antes de que los jueces emitieran su fallo, en razón de que le querían hacer una mala jugada al dominicano para declararlo perdedor.

Isenia hasta habló con el presidente de la AMB, Gilberto Mendoza, quien, según el informe que posee este periodista, no permitió que se cristalizara la estratagema que se organizaba contra el campeón dominicano.

El poder de Mendoza influyó en la decisión de los jueces no perjudicara al monarca quisqueyano.

TAMBIÉN EFÍMERO

Agapito Sánchez fue, al igual que prácticamente todos los campeones dominicanos, un monarca efímero.

Tras el empate técnico con Manny Pacquiao, tuvo bastante tiempo sin poder defender su corona.

Y ese largo tiempo lo afectó…al extremo que cuando ya iba a realizar su segunda defensa, frente Joan Guzmán, también dominicano, no pudo pasar el examen médico que le realizaron galenos al servicio de la Comisión de Boxeo de Inglaterra.

En agosto del 2002, Agapito, al no ser autorizado a contender con Guzmán -por razones médicas-, fue despojado del título súper gallo. Fue una orden del presidente de la OMB, el abogado boricua Francisco «Paquito» Valcárcel quien después dispuso que se realizara una pelea eliminatoria para llenar la vacante dejada por Agapito.

De manera que Agapito, por sus graves problemas de visisión -no pasó el examen de la vista- perdió la corona de la OMB sin tirar, ni que le dieran a él, un golpe.

Después de incontables intentos, para ir en busca de la reconquista del título, Agapito Sánchez, ante Joan Guzmán, fue devastado…no pudo, como retador, volver a ser campeón del mundo y fue noqueado en el séptimo asalto por la recia ofensiva de su paisano Joan Guzmán.

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