POR DIEGO PESQUEIRA
Cientos de niños, hijos de agentes de la Policía Nacional muertos en el desempeño de sus funciones, recibieron ayer juguetes de parte de la Asociación de Esposas de Oficiales de la institución del orden.

Los infantes, acompañados de sus madres, abuelas y otros parientes, disfrutaron además de un show con payasos y un delicioso buffet en la actividad celebrada en el Museo de Historia y Geografía en la Plaza de la Cultura.

La actividad contó con la presencia del jefe de la Policía, mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, la presidente de la asociación que agrupa a las esposas de los oficiales, Berenice de Pérez, el vocero de la policial, general Simón Díaz y agentes policiales de la ciudad de Nueva York de nacionalidad dominicana, quienes donaron parte de los juguetes entregados a los niños huérfanos.

«Esta es una actividad sin precedentes, puesto que nunca antes la institución se había manifestado de esta manera en favor de los hijos de nuestros agentes caídos en su labor de perseguir los delincuentes y garantizar la paz y tranquilidad ciudadana», apuntó el jefe policial Pérez Sánchez.

Dijo que quiso que esta fecha no pasara por alto debido al valor que tienen para la institución sus policías muertos en el combate de la delincuencia.

Escenas conmovedoras se observaron en la actividad cuando los niños abrazaban a sus madres y estas con los ojos llorosos solamente podían corresponder con un beso en la mejilla de sus vástagos.

Algunas madres sostenían en las piernas niños de menos de un año de edad, que perdieron sus padres estando todavía en el vientre.

Al momento en que el jefe de la Policía se dirigió a los presentes y nombró a los agentes caídos en servicio, de inmediato brotaron lágrimas de cada uno de los afectados.

La señora de Pérez permaneció en el salón de actividades hasta que cada uno de los niños recibió su regalo.

Dijo que se sentía satisfecha y emocionada por poder juntar a los niños huérfanos y hacerles feliz en una fecha tan especial para ellos.

Terminada la actividad, se observó a los niños y niñas jugar de manera animada en los jardines de la Plaza de la Salud.

Mientras que las madres se relacionaban una con otras y recordaban a sus esposos, que perdieron la vida enfrentando la delicuencia.