Agatha Christie, 125 años de la reina del misterio

Agatha Christie, 125 años de la reina del misterio

El 15 de septiembre se cumplieron 125 años del nacimiento de la gran reina de la novela negra, la británica Mary Clarissa Miller, más conocida como Agatha Christie. La mujer que imaginó al inspector Hércules Poirot lleva vendidos más de 500 millones de libros de una obra que comprende 19 obras teatrales y 88 novelas.
Con ese motivo, entre el 11 y el 20 de septiembre se despliega un programa con charlas, paseos y tertulias en la ciudad natal de la escritora, Torquay, en la costa sur de Inglaterra, en el marco de The International Agatha Christie Festival.

Educada por su madre en casa. Hija menor del norteamericano Frederick Alvah Miller, corredor de bolsa, y de Clarissa Margaret Boehmer, hija a su vez de un capitán de la Armada británica, nació en 1890 en la localidad de Torquay, Devon, Inglaterra.
La idea de sus padres en sus primeros pasos educativos fue la de que se convirtiera en un futuro en concertista o cantante lírica, pero la joven pasaba sus mejores ratos escribiendo cuentos y poemas, en una época en que las mujeres poco podían opinar a la hora de elegir su futuro.

Pero a la temprana edad de once años falleció su progenitor y su vida dio un vuelco, pasando a ser educada en casa por su madre, que era maestra, y dando poder en su mente a las historias de grandes narradores como Charles Dickens o, según confiesa en su autobiografía, de la lectura de la novela de Gaston Leroux: “El misterio del cuarto amarillo”, de los cuentos de Edgar Allan Poe y también las historias de Arthur Conan Doyle, especialmente las protagonizadas por Sherlock Holmes.

Christie se casó por primera vez a los 24 años durante la Primera Guerra Mundial con Archibald Christie, un piloto de aviación, quien le daría a su única hija, Rosalind. En el conflicto armado estuvo trabajando de forma voluntaria como enfermera de la Cruz Roja en un hospital de Inglaterra.

Por esta época inició sus relatos policiales con su primer título con Hércules Poirot como protagonista, un personaje inspirado en varios políticos belgas que pasaron por Inglaterra durante la Gran Guerra, según confiesa en su autobiografía. La novela se titulaba “The Mysterious Affair at Styles” y decidió enviar el original a la editorial

Hodder and Stoughton, con poca fortuna, porque se lo rechazaron.
Sin desesperarse, la escritora envió la novela a la editorial The Bodley Head desde donde, tras dos años sin contestar, le hicieron transformar el último capítulo y publicaron el libro.

Aunque tan solo se vendieron 2 000 ejemplares, lo mejor fue que el diario “The Weekly Times” adquirió el manuscrito para publicarlo por entregas entre sus lectores, algo muy habitual en los periódicos de la época.
Tras la inserción por capítulos de esa obra en el periódico, y debido a las estrecheces económicas que pasaba la familia, Agatha Christie decidió seguir creando historias para poder ganar más dinero.

Su gran espaldarazo literario fue gracias a la novela “El asesinato de Roger Ackroyd”, que publicó en 1926, aunque este fue un año extraño para la escritora, ya que falleció su madre y su marido se marchó con la secretaria, dando lugar a un episodio extraño en el que Christie desapareció varios días y del que, finalmente, la explicación oficial de los médicos fue que había sufrido amnesia.

Pasarían cinco años hasta que, ya convertida en autora de éxito, se marchó a Bagdad (Irak) (antigua Mesopotamia) viajando en el Orient Express, mítico tren donde conoció al arqueólogo Max Mallowan, de quien se enamoró.

Él tenía 25 y ella había cumplido 40. Su experiencia sobre los raíles le inspiró uno de los títulos más significativos de la escritora: “Asesinato en el Orient Express”.
Con Mallowan se casó al poco tiempo y, merced al trabajo de su esposo, la creadora pasó su tiempo entre Inglaterra y Oriente Medio. Este fue un período fecundo, fruto del cual son algunas de sus obras más populares como: “Intriga en Bagdad” o “Muerte en el Nilo”.

Anécdotas alrededor de Agatha. Con una vida de viajes y una creación amplia y productiva, no es muy conocido que Agatha Christie era una gran experta en el mundo de los venenos, un conocimiento que adquirió gracias a su trabajo como enfermera, ya que aquellos meses aprendió las dosis necesarias para provocar la muerte, así como los síntomas principales en vida y postmortem de los que ingerían esos tóxicos.

Una de las críticas más subidas de tono que sufrió en la época victoriana que le tocó vivir, y en la que las mujeres eran más “florero” que emprendedoras, fue la acusación de “excéntrica”, motivada por adquirir un coche una vez que su situación económica mejoró.

Le gustaba conducirlo siempre y se sintió muy orgullosa de haberlo adquirido. Otra de las curiosidades de esta famosa autora fue su idea de cambiar de registro. Dado que sus relatos de crímenes y misterios le tenían un poco cansada, durante una época se decidió a escribir novelas de amor, dando rienda suelta a los sueños de adolescencia.

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