Para el cierre de DominicanaModa la diseñadora española presentó 36 diseños de su más reciente propuesta
POR ROSARIO TIFA
Agatha Ruiz de la Prada volvió a demostrar, ahora en pleno Caribe, su predilección por los colores vibrantes y diseños ricos en formas y texturas durante la clausura de DominicanaModa.
Y, no hubo mejor escenario que la República Dominicana, un país con presencia de color por los cuatro costados y con un clima que invita a sus ciudadanos y visitantes a vestir ligero y práctico.
Su desfile inició, precisamente, con la salida de un traje de baño color plata que resaltaba de forma desafiante la piel morena de una bella mulata dominicana que lo exhibía, para luego destaparse con una lluvia indetenible de colores.
Los amarillos, verdes, naranjas, fucsia, azules… todos en prendas de diferentes estilos, con las geometrías que nos tiene acostumbrado como son los círculos, corazones, estrellas, círculos, flores, lazos, triángulos, trapecios y cuántas figuras más tiene grabadas en el archivo de su prolífera imaginación.
Agatha hizo honor, una vez más, a su amor por la naturaleza y al sentido práctico del vestir con una colección que exhibe desde un pantalón hop-pant, un capri, legging o kimono en compañía con una blusa suelta o un mini vestido.
Las faldas bajo talle, (al sesgo), vestidos sueltos, las batas columnas y holgadas, aparecían en pasarela con una libertad absoluta.
El colorido en el calzado, otro de sus fuertes, entonaba la misma melodía que tocada en cada uno de sus diseños.
El blanco y blanco hueso fueron bien recibidos en la colección, no así el negro, color que al parecer aterroriza a Agatha, un ícono de la moda con un puñado de años de experiencia.
Para cerrar su colección llegó, esa misma noche, desde Nueva York la juvenil modelo Avril Guerrero.
La reputada diseñadora madrileña presentó su propuesta en el Desfile y Cena por la Esperanza realizado en el Gran Salón del hotel El Embajador, a favor del Programa de Prevención y Detección Precoz de Cáncer de Mama, que desarrolla el Despacho de la Primera Dama, dirigido por la doctora Margarita Cedeño de Fernández.