BERLÍN. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sabía desde el año 2010 que el teléfono móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, estaba bajo escucha, según publicaron medios alemanes, algo que desmintió ayer la NSA, la agencia estadounidense responsable de estas actividades.
El diario Bild am Sonntag citó fuentes de inteligencia norteamericanas según las cuales el jefe de la National Security Agency (Agencia Nacional de Seguridad, NSA), Keith Alexander, había informado sobre la operación contra Merkel en 2010. «Obama no puso fin a dicha operación, sino que permitió que continuase», afirmó este medio, citando a un alto funcionario de la NSA. El semanario Der Spiegel detalló que según documentos filtrados de la NSA, el teléfono de Merkel figuraba en una lista de blancos a espiar desde 2002, tres años antes de que accediera a la cancillería.
Según el mismo semanario, el celular de la mandataria estuvo bajo vigilancia hasta pocas semanas antes de que Obama visitara Berlín, el pasado junio. En un comunicado enviado a la AFP, la NSA desmintió estas informaciones.
«El general Alexander no discutió con el presidente Obama en 2010 sobre una supuesta operación de inteligencia que implicara a la canciller Merkel y nunca discutió de una operación así que la implicara».
«Las informaciones de prensa que afirman lo contrario no son verdaderas», declaró Vanee Vine, una portavoz de la agencia de inteligencia.
El Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung indicó que Obama había dicho a Merkel durante su llamada telefónica que él no estaba al tanto de que hubiera una operación de espionaje en su contra. Esta publicación dominical no citó sus fuentes.
Der Spiegel señaló que el presidente norteamericano le dijo que si hubiera sido informado de la operación le hubiera puesto fin inmediatamente.
La oficina de Merkel se negó a hacer comentarios sobre lo que Obama le dijo durante su conversación. La Casa Blanca afirmó que no está controlando las conversaciones telefónicas de Merkel y que no lo hará en el futuro, pero se negó a revelar si Estados Unidos la ha espiado en alguna ocasión en el pasado.