AGENDA LATINOAMERICANA

AGENDA LATINOAMERICANA

Editada por Richard Lapper
Editor para América Latina
EL PRIMER ANIVERSARIO DE ALAN GARCÍA
El presidente de Perú, Alan García se verá tentado a mirar hacia atrás a su primer año en el cargo -el sábado próximo se cumple el aniversario- con cierta satisfacción.

Bajo su liderazgo, la economía se expandió 8% en 2006 y debe mantener ese ritmo de crecimiento este año. La inflación está bajo control. El excedente de la cuenta corriente alcanzó un saludable 2% del producto interno bruto el año pasado, todo un récord.

En los mercados, los activos peruanos están en demanda y se habla de que el país está en la senda e ganarse el  grado de inversión que otorgan  las agencias de calificación.

Además, por supuesto, esta presidencia de Alan García ha estado contrastando con su primer paso por el puesto allá por los años de 1980.

Aún así, García no cuenta con espacio para la complacencia. Es difícil evitar la sensación de que los impresionantes avances económicos no se hayan traducido en progreso social.

Una nueva encuesta de la Universidad de Lima resume muy bien las cosas: solo 17% de los residentes  en la capital creen que el país mejoró durante el último año; 46% dijo que las cosas están tal como estaban, y un tercio dijo que la situación de Perú se ha deteriorado. Una oleada reciente de huelgas acaba de reflejar el mal.

De manera significativa, los paros fueron más extensos en las tradicionalmente desatendidas áreas rurales de las tierras altas, Las propias cifras del gobierno, la semana pasada, mostraron un aumento en la pobreza extrema en esas áreas.

García haría bien en dedicar su segundo año a poner en marcha su promesa de campaña de realizar “un cambio responsable”. Si lo hace o no, habrá más violencia y -y para las próximas elecciones- el retorno del populismo radical. Perú se merece algo mejor. –Hal Weitzman

DESASTRE ENVUELTO EN UNA FARSA

Es difícil decidir cuál de las acciones del gobierno después del peor desastre aéreo de la historia de la aviación brasileña tipifica mejor lo inapropiado de la respuesta a una crisis que ha durado por lo menos diez meses.

¿Fue la ausencia del presidente Luis Ignacio Lula da Silva ante el público hasta tres días después del accidente, o no emitir  declaración alguna dentro de las primeros cuatro horas posteriores (su mensaje de condolencia llegó después, por ejemplo, del que envió el presidente Néstor Kirchner, de Argentina)?El gobernador del estado de São Paulo, José Serra acudió al escenario del accidente inmediatamente, siguió las labores de rescate y habló con la prensa. Seguramente, el presidente  Lula da Silva debió haber hecho lo mismo.

¿Fue la reiterada negativa de responsabilidad de Walter Pires, el ministro de Defensa, que está a cargo de la aviación civil, quien había partido después de la colisión en el aire entre un Boeing 737 de Gol y un “jet” ejecutivo en el cual murieron 154 personas, pero que ha sido mantenido en el puesto?

¿Fue la imagen de los líderes de ANAC, el regulador de la aviación civil, que recibían medallas por los servicios al los viajes aéreos por el vicepresidente Jose Alencar tres días después del accidente, en lugar de las reprimendas o despidos que se merecen?

¿O fue el espectáculo de Marco Aurelio García, el asesor especial del presidente, sorprendido por las cámaras celebrando las noticias de televisión sobre una posible falla mecánica en el avión que se estrelló, que potencialmente desvía parte de la responsabilidad del gobierno?

Cualquiera sea la causa real del accidente, fue un desastre que se esperaba. Los aviones han estado resbalando por las vías del aeropuerto del centro de la ciudad de São Paulo durante meses, antes y después de que se sometieran a reparaciones este año.

La insatisfacción de los controladores del tráfico aéreo con su equipo y sus comandantes militares es notoria.

Mientras que las terminales e pasajeros se han remozado por todo el país, la seguridad de los pasajeros se ha descuidado. La necesidad desesperada de Brasil de un gobierno más eficaz nunca se ha visto más clara. –Jonathan Wheatley

 LO QUE REALMENTE IMPULSA AL REAL

Mientras que muchos concuerdan en que su moneda se está sobrevaluando de manera incómoda hay poco acuerdo sobre lo que está motivando su apreciación. El real ha avanzado frente al dólar de Estados Unidos, de R$3.95 en su punto más débil en 2002 (cuando muchos inversionistas temían que el gobierno del izquierdista Luis Ignacio Lula da Silva agotaría las reservas del país hasta llevarlo a un “default”) a R$1.86, la semana pasada.

Algunos dicen que la causa es el aumento en las exportaciones por la demanda global encabezada por China de las materias primas de exportación, produciendo un excedente comercial regular de más de US$40 millardos al año.

Otros, que es porque las tasas de interés muy altas de Brasil, atraen los llamados “carry traders” (que por lo general toman prestado en Japón, donde las tasas de interés son bajas, para invertir en bonos soberanos brasileños).

El analista  Walter Molano, de BCP Securities, un corredor de Connecticut, demuestra que hay un tercer factor en juego: la dimensión en que las compañías brasileñas han estado recaudando deuda en los mercados internacionales de capital.

Estos préstamos ayudan a explicar cómo Brasil alcanzó un excedente en la cuenta de capital en un año en el que el préstamo que tomó el gobierno fue mínimo, y la inversión extranjera directa neta negativa en el tenor de US$8 millardos (por la escala de la inversión de CVRD de US$18 millardos en Inco, la minera canadiense).

En otras palabras, mientras que los océanos de liquidez en los mercados mundiales han contribuido con la moneda fuerte y le han hecho difícil la vida a muchas compañías, la misma abundancia financiera aporta los medios para algunas de ellas, al menos las más dinámicas, para adaptarse.

-Jonathan Wheatley

BOLIVIA: ¿REGRESAN LOS INVERSIONISTAS?

Finalmente, después de un drama instable que duró 18 meses, Bolivia acordó un acuerdo de inversión con Jindal, el grupo de acero de la India. El éxito de La Paz en atraer  la mayor promesa de inversión extranjera en la historia del país es motivo de celebración, y no menos porque aportará los muy necesarios puestos de trabajo y abrirán nuevas fuentes de ingresos para el gobierno. Además, también podría anunciar una nueva actitud pragmática en la administración del presidente Evo Morales, quien con demasiada frecuencia ha colocado las consideraciones ideológicas por encima de los intereses económicos del país.

Vuelve a hablarse, por ejemplo, de que Gazprom, el gigante de la energía de Rusia, está buscando establecer negocios conjuntos en el sector del gas. Inversionistas chinos, que han mostrado su disposición para colocar dinero en Ecuador, otro país con un gobierno “nacionalista”, también pudiera ser una fuentes de capital.

En cualquier caso, los inversionistas “tradicionales” en la industria del gas de Bolivia, como Petrobras, Repsol, Total y BG, estarán observando con preocupación. –Hal Weitzman

VERSION IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas

Más leídas