Agenda latinoamericana

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JONATHAN WHEATLEY
Corresponsal en Brasil
CORRUPCIÓN EN BRASIL

El comité de ética del Senado de Brasil, creado en marzo, tendrá una primera reunión turbulenta mañana miércoles, cuando analice el caso del presidente del Senado, Renan Claheiros, del oportunista PMDB.

La edición de la revista noticiosa Veja de esta semana, dice que un cabildero que trabaja para Mendes Junior, una de las mayores compañías constructoras de Brasil, pagó R$16,500 mensuales a un ex-periodista con quien Calheiros tenía una hija, ahora de tres años. Mendes Junior niega todo mal comportamiento y dice que los pagos fueron un problema personal de su empleado. El cabildero admite haber realizado los pagos, aunque  se niega a decir de dónde vino ese dinero. Calheiros, por su parte, niega haber recibido pagos de persona alguna, y dice que el dinero era suyo, aunque todavía tiene que explicar por qué los pagos se hicieron de esa forma.

La acusación viene a la par de las revelaciones más recientes del caso de la “mafia de la construcción” que se está revelando ahora, -cuya supuesta concepción estuvo a cargo de un amigo personal de Calheiros- que ya ha tenido como consecuencia varios arrestos y la caída de un ministro. El nuevo escándalo forma parte de una extendida enfermedad que, de acuerdo con un estudio reciente, le cuesta a Brasil cerca de US$1,5 millardos al año.

Esto es, en el mejor de los casos, una suposición. No logra medir el costo real de un sistema en el cual las relaciones entre la vida pública y privada de los que están en el poder son promiscuas; donde el status se mide por la impunidad ante la justicia, y donde las normas de conducta, desde los políticos en Brasilia hasta el policía de la calle le demuestran a los ciudadanos en todas partes que si usted se usted se puede salir con la suya, puede continuar obrando mal. –Jonathan Wheatley

¿UN AUTOGOL CHAVISTA?

El presidente Hugo Chávez ha podido imaginar que sacar a sus críticos más prominentes de Radio Caracas Televisión del aire podría fortalecer su posición política. Sin embargo, la decisión muy bien pudiera resultar un autogolpe. El gobierno ha utilizado todo tipo de argumentos para defender su posición, y a veces ha expresado -como hizo Chávez el viernes- que la decisión es sencillamente una rutina administrativa, y otras  veces, poniendo mayor énfasis en los esfuerzos de la estación por debilitar el gobierno constitucional en todo momento. Y además, por supuesto, están aquellos otros en círculos oficiales que creen que la producción de telenovelas de RCTV y los programas de entretenimiento están orientados, lamentablemente, hacia el dinero, que son “pornográficos”, e incluso, como dijo un hombre de negocios chavista al Financial Times la semana pasada, que resultan injuriosos a la “fibra moral” del país.

El hecho sigue siendo que los programas de RCTV son tremendamente populares, y no lo son menos entre los grupos de bajos ingresos entre los cuales Chávez tiende a cosechar la mayor parte de sus votos. Una encuesta reciente del grupo Hinterlaces muestra que 53% de los chavistas se oponen a la decisión de no renovar la licencia de operaciones a RCTV.

El problema para el gobierno es que su posición en estos sitios fuertes de bajos ingresos se vio afectada recientemente por lo que parece ser una escasez creciente de algunos productos en la cadena de supermercados Mercal, operada por el gobierno. Y por que tienen que salir a buscar productos como leche y huevos a otros lugares, ahora invierten más tiempo completando la canasta básica. Añada a la mezcla los problemas que parecen ser consistentemente más graves de los asaltos con armas de fuego en los barrios más pobres, y posibles tensiones en el exitoso sistema médico “barrio adentro”, y pudiera no resultar irrazonable esperar, más avanzado el año, un nuevo descenso en la popularidad de Chávez.

–Richard Lapper

LAS COSAS MEJORAN PARA LOS POBRES DE MÉXICO

Si alguien todavía duda que la estabilidad macroeconómica en México ha traído beneficios graduales, pero inequívocos para los pobres, debe considerar la iniciativa más reciente que surgió la semana pasada en la convención de aseguradores nacionales: el micro-seguro.

Manuel Aguilera, quien encabeza la Comisión Nacional de Seguros, un regulador que dirige el gobierno, anunció que la administración de centro-derecha de Felipe Calderón está trabajando con las compañías del sector privado en un plan para suministrar pólizas de seguro baratas y accesibles a los pobres, por primera vez en la historia de México.

La idea es emular la experiencia de un puñado de países en África y Asia, donde las compañías privadas han diseñado productos tan pequeños como de pagos de US$2 al mes. La primera póliza ofrecerá seguro de vida básico y debe estar disponible dentro de unas seis semanas. La intención es expandir gradualmente el rango de las pólizas para incluir salud y propiedades.

Nada de esto sería posible sin una impresionante estabilidad económica que México ha estado disfrutando desde la llamada “Crisis Tequila” de mediados de los 90. Una política de gobierno prudente, en particular, con respecto a la deuda y el gasto público, ha ayudado a impulsar la inflación y las tasas de interés a bajas récord.

Eso, a su vez, se ha traducido en una mejoría gradual, pero innegable, en incrementos en el salario real para millones de mexicanos. Como resultado, el número de familias que ganan entre 9,000 y 20,000 pesos al mes -un -ingreso de clase media, según los estándares de México-, prácticamente se ha duplicado en la última década.

El círculo virtuoso también ha traído beneficios para los negocios privados, que finalmente está empezando a ver a los hogares de ingresos más bajos como una propuesta de negocio atractivo. Los bancos han pensado en  desarrollar productos para los hogares de ingresos bajos, incluyendo hipotecas, lo que  daría a más personas más opciones que nunca antes.

Pero falta un camino largo por recorrer. La semana pasada, Guillermo Ortiz, el gobernador del banco central, señaló que el crecimiento anual durante los próximos 20 años tendría que promediar 5% para consolidar la estabilidad. Eso contrasta con solo el 3% actual. Pero es, al menos, un signo positivo de que las cosas marchan en la dirección correcta. Y eso está marcando una diferencia real en la vida de muchos pobres de México.      
-Adam Thomson

…PERO NO DE GUATEMALA

El anuncio la semana pasada del gobierno de Guatemala que formaría una nueva fuerza de seguridad para defender los autobuses del transporte público que operan en la capital de los robos y secuestros no debe sorprender mucho. La violencia, no solo en Ciudad de Guatemala, sino en todo México y América Central, ha estado en aumento durante años.

Pero mientras que Estados Unidos, México y América Central empiezan a diseñar un plan de seguridad regional -la semana pasada, Washington dijo que su objetivo era preparar propuestas concretas en dos meses– les haría bien recordar que  fortalecer sólo la seguridad no resolverá nada.

Dos informes publicados la semana pasada, uno de la ONU y el otro del Banco Mundial, confirman que uno de los motores que impulsa el flujo de trabajadores ilegales, el delito y la violencia, y hasta el narcotráfico –los temas que más le preocupan a Washington– es la exclusión social.

Guatemala es un ejemplo claro. Las compañías de autobuses informan que han muerto 20 de sus conductores en Guatemala, desde enero, y que miles de personas se quedaron sin transporte la semana pasada cuando los conductores iniciaron una serie de huelgas en protesta.

La defensa de la población civil con una presencia armada fuerte de oficiales-de la Policía y del Ejército–    es obviamente un paso necesario para recuperar el terreno perdido. Sin embargo, esto no es más que un primer paso. A menos que el gobierno mejore ampliamente el acceso de las familias pobres a la educación, una política que requiere significativa voluntad política para forzar un reforma tributaria, muchos jóvenes de Guatemala continuarán siendo seducidos por las pandillas.

El gasto del gobierno en áreas como  salud y la educación puede que no sea algo tan oportuno como enviar las tropas, porque no tiende a aportar el mismo tipo de ganancia a corto plazo en las urnas. Pero si EEUU y América Central realmente están interesados en hacer que su plan de seguridad funcione, tendrán que pensar mucho e intensamente en mejorar las oportunidades para los pobres. –Adam Thomson

ARGENTINA REGRESA A LOS MERCADOS

Acabando de emitir US$750 millones de los BONAR -bonos denominados en dólares a 10 años-, el gobierno de Argentina está ansioso por lanzar papel en pesos argentinos, posiblemente a una tasa fija. El Ministerio de Economía planeaba la  venta de un bono en pesos a 5 años, a 11.5%, pero se retractó  porque consideró que la tasa era demasiado alta. Una emisión en pesos es atractiva para el gobierno, que busca reconstruir un mercado de deuda interno. La emisión del 10 de mayo, con una tasa de 8.44%, demostró que existe apetito por el papel argentino: -la emisión fue suscrita en exceso 2.5 veces. Esto augura bien, pues lo que se dice es colocar 2 millardos de pesos (US$650 millones) que se podrían utilizar para cubrir una madurez de deuda que vence la próxima semana. Argentina vendió US$750 millones en bonos BONAR a 8.46% en abril.

El gobierno ha estado buscando pre-financiar gasto antes de las elecciones presidenciales de octubre, cuando los mercados estarían inquietos, y tiene   pagos de deuda en agosto y diciembre. Todavía falta emitir US$1 millardo de BONAR a 10 años, y se piensa que prefiera extender la curva de rendimiento más mediante una emisión de BONAR a 15 y 20 años en el futuro. Los inversionistas se alegrarán con que el nuevo jefe de la oficina de estadísticas de Argentina (INDEC) haya presentado un plan para rejuvenecer la institución y su metodología.  Es importante, porque Argentina introdujo bonos vinculados a la inflación hace dos años, cuando re-estructuró la deuda. Pero los números INDEC con nuevo diseño no se esperan hasta después de las elecciones.
–Jude Webber

VERSION IVNA PEREZ CARRION

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