Agenda latinoamericana

Agenda latinoamericana

POR RICHARD LAPPER, JONATHAN WHEATLE,
ADAM THOMSON Y BENEDICT MANDER
Ortodoxia heterodoxa

Los mercados se vieron complacidos el jueves pasado con el cambio de directores del banco central de Brasil. Salieron los de línea dura e ingresaron otros dos. Los cambios ayudaron a “disolver”, de acuerdo con un diario financiero, “Cualquier duda que pudiera quedar sobre la autonomía del cambio monetario y la política monetaria”, después de la designación el mes pasado de Guido Mantega, quien se había quejado de la austeridad de estas políticas, como nuevo ministro de Finanzas de Brasil.

Pero, no realmente. Es cierto que es poco probable que se produzca algún cambio importante en el derrotero del banco central. Cuando el presidente Henrique Meirelles se enteró de la designación del señor Mantega, lo primero que hizo fue correr a reunirse con el presidente Luis Inacio Lula da Silva para asegurarse de que a partir de ahora el banco le reportaría directamente al presidente, no al ministro de Finanzas, como antes.

De todas formas, la influencia del señor Mantega se hizo aparente cuando el consejo monetario nacional, en su primera reunión después de su designación, redujo la tasa de préstamos subsidiados en el margen inusitado de 0.85 puntos porcentuales, en lugar del esperado 0.75. (Previamente, el señor Mantega había defendido una reducción de 2 puntos).

De manera más explícita, el señor Mantega dijo al Financial Times  -y confirmó posteriormente en una conferencia de prensa- que no hay necesidad de más reformas en el recargado sistema de pensiones de Brasil, ni de continuar excediendo la meta del gobierno del excedente de presupuesto primario del gobierno 4.25% antes del pago de la deuda. Esto va contra las seguridades del predecesor del señor Mantega y su equipo en el tesoro brasileño -que dejó intacto- y deja una enorme interrogante sobre el futuro fiscal de Brasil.

Los inversionistas parecen no estar preocupados, Quizás están tranquilos por lo que se dice en Brasilia de que el señor Mantega es una contención que no va a durar más allá del fin de año, cuando empiece la próxima administración. O quizás les resulta indiferente si Brasil continúa con su lento crecimiento de cerca de 3%, o pone en orden la casa y empieza a alcanzar su potencial de crecimiento no menor al 5%.

En cualquier caso, después de todo, Brasil con seguridad logrará el muy ansiado grado de inversión en un par de años. Pero como advirtiera Bill Rhodes la semana pasada, los inversionistas deberían prestar más atención a las políticas que respaldan con su dinero.

Rebota Calderón

¿Se están reanimando las elecciones presidenciales de México? Hasta hace cerca de una semana, parecían casi definidas. Andrés Manuel López Obrador, el candidato de izquierda del Partido de la Revolución Democrática (PRD)., parecía haber consolidado su liderazgo y los organizadores de su campaña habían empezado a trabajar en una nueva fase de “planeamiento” para facilitar la transición al poder.

Pero en estos últimos días, tres encuestas indican que la brecha de 8-10 puntos que los separaba se está reduciendo. Dos de ellas sitúan a Felipe Calderón, del centro-derecha Partido de Acción Nacional (PAN) está solo dos puntos detrás, y uno lo sitúa incluso ligeramente delante.

El cambio es el resultado de una campaña “negativa” del campo de Calderón -primero, con un alerta en televisión que trataba de asociar al señor López Obrador con Hugo Chávez, el presidente radical venezolano, y después con otro que asociaba al candidato rival con el caos y la crisis económica.

Si el mensaje agresivo será suficiente para superar al señor López Obrador en la votación del 2 de julio está abierto a interrogantes. Los sondeos que saldrán en los próximos días probablemente arrojen alguna luz. Lo que sí es cierto, sin embargo, es que la campaña “sucia” parece estar funcionando. La carrera entró en una fase nueva y más desagradable, y es casi seguro que se mantenga.

Más problemas en el río Uruguay

¿Regreso al punto de partida? Cuando los activistas pro-medio ambiente estaban bloqueando el acceso a los puentes que unen su país con Uruguay hace algunas semanas, al menos había la posibilidad -aunque fuese remota- de que los presidentes de ambos países pudiera desactivar el enfrentamiento sobre un proyecto para una fábrica de pulpa de US$1,7 millardos en Uruguay, mediante una negociación amistosa y razonada.

Pero, al parecer, ya no es posible. La muy anunciada reunión entre el presidente de Argentina Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, de Uruguay, para arreglar la disputa no ha logrado materializarse, ahora que Botnia -la compañía finlandesa que está construyendo la mayor de las dos plantas de celulosa que loa argentinos temen pueda contaminar el aire y el agua- está afincando su posición.

Los funcionarios uruguayos solicitaron que las plantas de celulosa suspendan la construcción durante 90 días, y los argentinos pidieron que los activistas levanten el bloqueo de las vías para despejar el ambiente y facilitar un estudio del impacto ambiental de las fábricas. Al principio, los activistas aceptaron, pero Botnia solo estaba dispuesto a suspender la construcción por 10 días.

¿Resultado? Casi inmediatamente, regresaron los bloqueos, que hasta ahora se dice han costado unos US$300 millones a la economía de Uruguay, y un paro en las relaciones diplomáticas.

Ahora se blandirán los sables en ambas riberas del río Uruguay. Pero las amenazas probables de ambos países de llevar el caso al Tribunal Internacional de Justicia  de La Haya, poco hará para solucionar el problema. Ante la ausencia de un giro en U de alguna de las partes implicadas, los bloqueos de las vías continuarán alterando las relaciones entre ambos países, en la medida que las fábricas se acercan cada vez más a su fase de terminación.

VARIG sigue en dificultades

Otra oferta de rescate, otra reunión de acreedores, otro problema, y otra reprimenda a VARIG, la aerolínea brasileña agobiada por las deudas. Este parece ser el programa de esta semana, mientras la junta directiva de VARIG y sus acreedores consideran al menos tres propuestas distintas para salvar la línea aérea bandera del país de la amenaza diaria de no poder volar más.

Los problemas de VARIG son enormes. La compañía tiene deudas por más de R$8 millardos, que consisten principalmente de impuestos no pagados y deudas con el sector laboral, más cuentas pendientes de compañías de “leasing”, autoridades aeroportuarias, Petrobras -el grupo petrolero público que le suministra combustible- y otros. Infraero, la autoridad aeroportuaria del gobierno, amenazó con parar los vuelos de VARIG desde finales de la semana pasada, a menos que empezara a pagar sus cuotas.

”Lo que VARIG necesita ahora es efectivo”, dice un abogado a quien se pidió que asesorara en la reestructuración. “Tiene que tener aviones volando y hacer dinero”. Con cerca de la mitad de las 120 naves fuera de servicio, esto es algo muy difícil, lo que explica por qué los miembros de la junta pudieran verse tentados a ceder a la oferta de VarigLog de US$350 millones, la compañía de transporte de carga que fue de VARIG hasta que se vendió en enero a inversionistas encabezados por Matlin Patterson, una firma de acciones corrientes de EEUU en problemas.

La junta debe resistir, al igual que ignorar ofertas poco definidas de otras aerolíneas brasileñas deseosas de apropiarse de las importantes rutas internacionales y domésticas de VARIG. Todas esas ofertas implican partir en dos a VARIG, dejando una nueva y “buena” compañía con los activos de VARIG y una vieja, “mala”, con sus deudas. Si una operación de esa naturaleza sería legal, carece de importancia; seguramente sería inaceptable por los acreedores de VARIG, quienes quedarían a merced de los incompetentes tribunales brasileños. 

Afortunadamente, bajo la nueva ley de “recuperación judicial”, que le está dando una mayor protección una VARIG de sus acreedores, estos tienen que aprobar cualquier solución. Puestos que entre los acreedores está el gobierno, cancelar VARIG -pura dinamita política- no es una opción. De ahí que es probable que haya más problemas.

Pero hay buenas nuevas. El accionista de control de VARIG, una fundación dirigida por empleados que esencialmente la dejaron que rinda cuantas nada más que a ellos, fue despojado de su poder de control. Esto abre la puerta a una reestructuración drástica, un elemento esencial para permitir que VARIG siga volando a largo plazo.

Otra propuesta que se analiza en secreto sería hacer eso mismo, mientras se inyecta capital suficiente para respaldar un re-programación adecuada de la deuda de VARIG. Lamentablemente, esto pudiera implicar dinero de los contribuyentes, pero entonces estos estarían entre los principales acreedores de VARIG. Lo otra opción única es declarar la quiebra de la línea aérea. 

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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