Editada por Richard Lapper,
Editor para América Latina
EL COSTO DE OPTAR POR EL CAFTA-DR
El domingo próximo, los costarricenses enfrentarán una de las decisiones políticamente recargada y potencialmente difíciles en mucho tiempo. Mediante un referéndum, se le pedirá a los votantes que aprueben o rechacen la membresía de Costa Rica en el CAFTA-DR, el acuerdo comercial negociado por los gobiernos de cinco países de América Central y la República Dominicana.

El problema está cargado políticamente porque el tratado, al igual que la mayoría de otros acuerdos de comercio en que participa Estados Unidos ha tendido a polarizar las poblaciones en la línea tradicional del eje izquierda-derecha. Esto inevitablemente arroja divisiones fundamentales que trascienden el debate técnico inmediato.

Y resulta potencialmente difícil, porque pesar los beneficios concretos o las desventajas del CAFTA-DR, unido a excepciones específicas negociadas para cada país miembro, es complicado, desde el punto de vista técnico. Sin embargo, mientras los costarricenses se preparan para votar en el referéndum del domingo, deben tener presente lo siguientes: el país estará mucho peor si no ingresa.

Esto pudiera sonar muy fuerte cuando se examinan algunos de los argumentos aparentemente coherentes para mantenerse fuera. Los opositores, por ejemplo, expresan preocupaciones con la apertura de las telecomunicaciones controladas por el Estado, ante la falta de un marco regulador consistente para ese sector.

De manera más general, señalan que las exportaciones y la inversión extranjera directa están aumentando aunque el país es ahora el único signatario que no ha ratificado el tratado. ¿Por qué preocuparse en ir más lejos, si las cosas parecen marchar bien sin el acuerdo?

Un problema es que los beneficios para que las exportaciones de Costa Rica entren al mercado estadounidense bajo la Iniciativa para la Cuenca del Caribe (CBI) -más de un tercio del total- empezarán a disminuir gradualmente, hasta extinguirse el año próximo.

Si Costa Rica da la espalda al CAFTA-DR, la presión que ejercerán el resto de América Central y los grupos de cabildeo internos en EEUU para eliminar el CBUI serán enormes. Las consecuencias para las exportaciones costarricenses podrían ser devastadoras.

Y con todas las dudas, existe una realidad superior que el pequeño país centroamericano no debe pasar por alto: ya el resto de la región se subió al tren. Alegar que el CAFTA-DR es la panacea para América Central sería una ingenuidad. Sin embargo, es una realidad, y Costa Rica sería mucho más ingenua si lo ignorase. -Adam Thomson

LA CUOTA PETROLERA DE VENEZUELA

La decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de reducir la cuota de producción de Venezuela de 3,22 millones de barriles al día a 2,45 mbd es, hasta cierto punto, embarazosa para el gobierno de Hugo Chávez.

Caracas continúa insistiendo que la producción es superior a los 3 mbd, pero esa afirmación se torna cada vez más sospechosa, en particular desde que la OPEP incrementara su cuota global en 500,000 b/d.

En verdad, la publicación reciente de la contabilidad de 2006 de PDVSA, la compañía petrolera estatal venezolana, demuestran que, entre 2003 y 2006 las compras de petróleo crudo en el exterior se incrementaron en 84.5%, algo en que los analistas concuerdan es que es para compensar deficiencias en la producción.

Siguiendo las reglas, el ministro de Energía de Venezuela, Rafael Ramírez sigue imperturbable, atribuyendo la medida de la OPEP a la “confusión y manipulación”. Venezuela tratará de restablecer su cuota en el nivel previo en la próxima runión de la OPEP en noviembre, dijo. -Benedict Mander

UNA CONCESIÓN INJUSTIFICABLE

Con un mes por delante para las elecciones presidenciales de Argentina, y con la casi segura victoria en las urnas de Cristina Fernández, la esposa del presidente Néstor Kirchner, el país se está acercando un tanto más hacia su rehabilitación en los mercados financieros. ¿La razón? Dominique Strauss-Kahn, el director gerente del fondo Monetario Internacional, confirmado el viernes, está disputo a “doblar” las reglas del Fondo para permitirle a Arg entina arreglar sus deudas con el Club de París de países acreedores.

Strauss-Kahn sugirió un par de alternativas en una visita a Buenos Aires el mes que acaba de concluir. Una es aplazar la necesidad de un programa completo del FMI para supervisar la economía de Argentina -un requisito para cualquier tipo de negociación con el Club de París- y reemplazarla con un pronunciamiento de Argentina sobre su política económica y una “opinión favorable” del FMI, en respuesta. La otras es reactivar una línea de crédito de contingencia por el FMI y utilizar ese efectivo para pagarle al Club de París.

Esto puede resultar bueno para las perspectivas electorales de Cristina y el panorama económico a corto plazo de Argentina. Sin embargo, Strauss-Kahn corre el riesgo de condonar algunas prácticas económicas cuestionables. En particular, la manipulación por el gobierno de los datos económicos que oculta la magnitud de las presiones inflacionarias. Argentina continúa siendo un mercado emergente vacilante, un hecho que quedó demostrado en el reciente torbellino global. Y no merece favores especiales. -Jude Webber

HACIENDO NEGOCIOS

Podría parecer que los gobiernos latinoamericanos se están moviendo en solo dos direcciones muy diferentes. Por una parte, el curso a favor del comercio abierto y pro-EEUU que están siguiendo los países de América Central y del Pacífico -México, Colombia, Chile y Perú. Y por el otro, la ruta estatal del desarrollo que favorecen los líderes de Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Pero no es tan simple, realmente.

Muchas personas alegarían, por ejemplo, que Brasil con su esquema macroeconómico estable y su poderoso sector privado está más cerca del campo pro-mercado que del populismo radical de Hugo Chávez en Venezuela. No obstante, el informe 2008 Doing Business de la International Finance Corporation respalda la idea que que la región está dividida en los campos “pro” y “anti” negocios.

Doing Business  se encarga de medir las facilidades para operar comercialmenteen los países: cuan rápidamente una compañía puede obtener licencia para operar; cuan fácil resulta pagar impuestos o contratar trabajadores, por ejemplo.

Durante el periodo de 14 meses (hasta el 1 de junio/2007) abarcado por la más reciente edición del reporte, el campo pro-negocios definitivamente había tenido mejores resultados. Guatemala introdujo cinco reformas pro-negocios; Honduras, cuatro y Colombia, tres. No obstante, el informe hace una lectura tenebrosa para América Latina, que por primera vez desde que empezara a publicarse el reporte hace cinco años, es la región con peores resultados del mundo. Once de los 17 países ocupan posiciones más bajas en la tabla de la liga pro-negocios del IFC, de las que ocuparon hace un año.

Venezuela, el país de peores resultados, termina en el puesto 172, de 178 países. Solo en seis países pobres de la región sub-sahariana es más difícil hacer negocios. Venezuela está peor que países como Zimbabue, Irak y Uzbequistán. Argentina es uno de un puñado de países en los cuales se ha vuelto más difícil para el sector privado durante los últimos 12 meses, principalmente debido a nuevas reglas que encarecen la contratación y el despido de trabajadores.

A Brasil no le fue tan mal, con la introducción de cambios que le facilitan a los acreedores cobrar deudas pendientes. Aún así, desde la salida de Antonio Palocci del Ministerio de Finanzas a principios de 2006, el ritmo del cambio es más lento.

Desgraciadamente, Brasil continúa siendo un país absurdamente complejo para hacer negocios. En Australia -al igual que Brasil, una república federal- los candidatos a emprendedores llenan dos tipos de documentos para abrir negocios, un procedimiento que toma dos días, a lo sumo.

En Brasil, existen 18 procedimientos distintos y toma seis meses. El IFC calcula que a una compañía típica le toma no menos de 2,600 horas al año completar los formularios de impuestos, cerca de cinco veces el absurdo promedio regional. Por eso no sorprende que los brasileños elijan operar en la economía no regulada. -Richard Lapper.

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Correa vence y dice que no impondrá medidas autoritarias

Rafael Correa, el presidente de Ecuador, celebró haber alcanzado una fuerte mayoría en las elecciones del domingo, para una asamblea, que según él dice, reescribirá la constitución y disolverá el Congreso que ha batallado por hacer resistencia a las propuestas izquierdistas.

Un mandato poderoso en la asamblea nacional de 130 miembros le permitiría a Corra asegurar el control legislativo y forzar sus propuestas para el “Socialismo del siglo XXI”, y un mayor control de la economía por el Estado. Algo que ha asustado a los inversionistas de Wall Street.

Al calificar la vieja guardia como una “mafia”, Correa desea que la asamblea introduzca reformas radicales, pero los enemigos temen que lo que busque sea amasar el poder y siga los pasos al presidente venezolano Hugo Chávez, conduciendo a su pobre país andino por una senda contraria al mercado.

 “El pueblo ecuatoriano ha ganado la madre de todas las batallas”, dijo Correa ante cientos de partidarios que flameaban banderas frente a la sede de su partido en Quito, donde bailó y cantó con bandas de música entre  candidatos victoriosos en un escenario al aire libre.

Completar la cuenta oficial puede que tome varias semanas, no obstante Correa dijo que su partido Alianza País podría haber ganado 80 puestos en la asamblea, bastante más de la mayoría de 66 necesaria para controla el órgano constitutivo.

Un sondeo a boca de urna realizado por una encuestadora vinculada al gobierno dijo que sus resultados mostraban que al partido de Corra logró entre 77 y 80 votos, mientras que un conteo independiente rápido sitúa a su partido con 52 asientos, 32% de las muestras contadas.

Corra, un popular ex ministro de Economía, que llegó al poder en enero, está tratando de purgar la influencia de los partidos políticos tradicionales, que cargan con todas las culpas de la inestabilidad que ha provocado el derrocamiento de tres presidente en una década.

Dijo que su bloque mayoritario intentará disolver el Congreso, si bien está dispuesto a dialogar con otros partidos, y descartó los temores de la oposición sobre reformas autoritarias.

Ricardo Patiño, el ministro de Asuntos Costeros, y un aliado cercado de Correa, había dicho a Reuters previamente que el partido de gobierno podría ganar más de 70 asientos, y otros tres ministros lo confirmaron.

La asamblea debatirá un borrador de reformas constitucionales elaborada por académicos. Una versión final tiene que ser aprobada en un referéndum popular, pasados al menos seis meses.

Una oposición fragmentada prometió impedir que Corra utilice la asamblea para consolidar poderes presidenciales y afianzar su poder en instituciones estatales claves, como hizo Chávez tan pronto fue elegido en 1998.

“El triunfo de Correa refleja la quiebra de la vieja estructura de poder”, dijo  Felipe Lubrano, un analista.

“Los ciudadanos hoy le han entregado el poder total al presidente Correa”, dijo Mauricio Pinto, un ex presidente de la Cámara de Comercio de Quiro, y candidato a la asamblea del centrista partido Demócrata Cristiano.

 Entre sus rivales principales están el hermano del ex presidente Lucio Gutiérrez, quien es popular entre los pobres, a pesar de haber sido expulsado durante las protestas de 2005; y Álvaro Noboa, un magnate bananero a quien Correa derrotó en las elecciones del año pasado.

Aún cuando su partido no ganara una mayoría clara, Correa podría forjar alianzas con partidos más pequeños, simpatizantes de la izquierda, que permitan controlar la asamblea. Sin embargo, la dirección de Correa en la asamblea no está clara, porque ministros del gobierno y algunos candidatos afines han enviado señales mixtas sobre las reformas que desean. Los funcionarios dicen que no tienen planes para un programa de nacionalización.

Correa, un ex profesor educado en Estados Unidos, atrajo la atención de las masas con sus promesas de desafiar a las viejas elites.

VERSION IVAN PEREZ CARRION