Editado por Richard Lapper, con notas de Hal Weitzman,
Jonathan Wheatley y Adam Thomson 
Puede ser que Ecuador esté empezando a lamentar su expulsión refleja de Occidental, la compañía petrolera norteamericana que hasta hace dos semanas era el inversionista más importante en el país andino.

Al gobierno de Alfredo Palacio le ha estado resultando cada vez más difícil mantener que su decisión -basada en la supuesta transferencia indebida de un 40% de participación del campo petrolero Bloque 15 a EnCana, de Canadá, en 2000- fue estrictamente judicial.

El fallo estuvo a cargo del Ministerio de Energía, que dijo que no podría otra cosa, legalmente. Pero aunque la mayoría en Ecuador está de acuerdo con que OXY violó la ley, cada día hay más murmullos sobre la proporción de la respuesta, y las secuelas.

Al parecer, Oxy cuenta con un caso firme en el proceso de arbitraje en Washington. Su alegato dirá que informó al Ministerio de Energía sobre la transferencia a EnCana en su momento. También señalará que su contrato dice que el gobierno “puede” terminar su contrato en el caso de una transferencia indebida, no que tiene que hacerlo.

Mientras tanto, Ecuador llevará su caso por un fiscal general que falló en tres ocasiones diferentes que el gobierno pudo haber negociado legalmente que Oxy se mantuviera a cargo del Bloque 15.

Esto pudiera dejar en manos de Ecuador una compensación hasta de US$3 millardos.

De manera más inmediata, el país tendrá que lidiar con las implicaciones de la posposición por parte de Washington de las conversaciones sobre comercio, en respuesta. Cuando las preferencias de comercio vigentes con EEUU expiren al finalizar el año en curso, los efectos empezarán a sentirse.

Un vocero del gobierno ha estado diciendo en público que Ecuador puede encontrar otros mercados para sus productos.

Esto bordea la desilusión; en sectores como las flores, uno de los grandes éxitos de las exportaciones ecuatorianas, 70% de toda su producción va a EEUU. Sin un acuerdo comercial, cuando llegue enero, los productores enfrentarán una tarifa de 6.8%. No sorprende que ya ellos estén haciendo planes para transferir la venta al por mayor a la vecina Colombia.

Los principales jefes del comercio de Ecuador se sienten frustrados. Jorge Illingworth renunció como ministro de Comercio la semana pasada y el principal negociador de Quito dijo al Financial Times que se podrían perder hasta 30,000 empleos sin un acuerdo comercial con EEUU.

Hay indicios de que Ecuador seguirá pagando por la decisión de su gobierno mucho tiempo después que el señor Palacio deje el cargo, en enero de 2007.

No es un buen comienzo

Si las encuestas de Perú están en lo cierto, como lo fueron en la primera ronda de elecciones presidenciales del 9 de abril, Alan García parece que tendrá una victoria cómoda en la segunda vuelta del domingo 4 de junio. Con toda seguridad, eso calmará a los inversionistas, que estaban alarmados con las amenazas de Ollanta Humala, el rival del señor García, de nacionalizar algunos sectores.

Pero antes de que pongan más nerviosos de la cuenta, sería conveniente echarle un vistazo a qué tipo de Perú presidirá el señor García.

A diferencia de su primera estancia en el palacio presidencial en 1985, o de las elecciones presidenciales de Alberto Fujimori en 1990, o de Alejandro Toledo en 2001, el señor García empezará a gobernar con poco respaldo popular.

Una cuarta parte de los electores es probable que dañe sus boletas, antes que votar por alguno de los dos candidatos, lo que la otorgaría al señor García una victoria vacía. Además, el mayor partido del Congreso serán los nacionalistas del señor Humala, que continuará agitando a favor de impuestos más elevados a las compañías mineras internacionales y que podría lanzar sus partidarios a las calles para contribuir a reducirle el espacio al nuevo presidente.

El apoyo de otras facciones en el Congreso probablemente sea débil a largo plazo. Las protestas sociales, en particular en las tierras altas del sur, donde el respaldo al señor Humala es fuerte, probablemente se inflamen el año próximo.

Es probable que en Perú la gobernabilidad siga siendo difícil -en el mejor de los casos- y que presione al señor García para que ceda a sus instintos populistas.

¿Nacionalización II Parte?

Después de la sorpresiva nacionalización de la industria de gas de Bolivia este mes, el presidente Evo Morales puede que tenga otra sorpresa en la manga para esta semana.

Ayer, su gobierno debía anunciar el ganador de una subasta para desarrollar El Mutún, un depósito masivo de mena de hierro en el sudeste. Pero el interés de los extranjeros se ha evaporado tanto que solo dos compañías presentaron ofertas, y de estas le dijeron a Mittal Steel que la suya no satisfacía los criterios.

Esto deja solo al grupo Jindal, de la India, que no se siente muy feliz con los términos menos atractivos según los cuales Bolivia quiere operar ahora la concesión.

Puede que el señor Morales esté preparando el anuncio de que ningún inversionista extranjero cumplió con las condiciones y que el depósito será explotado por Minersur, un negocio de riesgo compartido recién creado entre los gobiernos venezolano y boliviano en el cual Caracas es el socio principal.

Esto reforzaría más la influencia de Venezuela en Bolivia, y alienaría aún mas al país más pobres de América del Sur de la economía global.

Repercusión de las remesas mexicanas

¿Hay algún límite para el crecimiento de las remesas, el dinero que los emigrantes mexicanos que viven en el extranjero envían a sus familias todos los meses? De acuerdo con las cifras publicadas por el banco central el viernes, parecería que no.

Durante el primer trimestre de este año, las remesas totalizaron US$5,19 millardos. Para situar la cifra en contexto compárela con la inversión extranjera directa durante el mismo periodo, que fue solo US$3 millardos.

La tasa de crecimiento ha sorprendido a casi todo el mundo. Las remesas el año pasado marcaron un récord de US$20 millardos, y constituyó la fuente más importante de ingresos en divisas, después del petróleo. Pero este año es casi seguro que será mucho más alta: la cifra publicada el viernes es un asombrosamente superior en 27.5% a las remesas recibidas durante el mismo periodo del año pasado. 

Todo ese dinero está teniendo un efecto profundo en la población de México. Si se hace un recorrido por áreas rurales y se observa cómo las familias están mejorando sus humildes viviendas con ventanas nuevas, pisos totalmente nuevos y nuevos techos, debe saber que todo eso se debe a las remesas.  Y también están generando oportunidades de negocios no vistas. El sector de la construcción y las compañías relacionadas están resurgiendo gracias en gran parte al poder adquisitivo que permite a las familias que tenían serias limitaciones en el gasto invertir todos sus ingresos en necesidades básicas.

CEMEX, la compañía de cemento con sede en Monterrey, ya estableció un sistema mediante el cual los emigrantes que viven en EEUU pueden pagar por las bolsas de cemento localmente, para que se las entreguen a sus familias en los pueblos donde viven en México.

Mientras tanto, en el sector financiero, los bancos y otras entidades que ofrecen hipotecas están corriendo para ponerse en acción. Agencias fiduciarias mexicanas, como Hipotecaria Nacional y Su Casita, abrieron sucursales en EEUU donde hasta los mexicanos indocumentados pueden obtener un préstamo de cinco, 10 o 15 años para comprar una propiedad nueva o usada en su país de origen.

BANCOMER, la operación mexicana del banco español BBVA, está incluso trabajando en un “fondo de emigrantes” especial para estimular a los receptores de las remesas a ahorrar una parte de su dinero.

Todo esto, combinado con la creciente estabilidad macroeconómica de México, está ayudando a crear una clase media pujante, que ahora puede comprar propiedades, abrir cuentas bancarias por primera vez y hasta empezar a ahorrar. Y eso solo puede ser beneficioso para México.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION