AGENDA LATINOAMERICANA
Poniendo las cosas en orden en México

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A juzgar por la respuesta de los inversionistas la semana pasada, los negocios locales e internacionales están estáticos con el resultado de las elecciones mexicanas -una victoria cerrada para Felipe Calderón, el candidato del partido de centro-derecha Partido de Acción Nacional, del presidente Vicente Fox. El señor Calderón, alegan, comprende mejor los principales obstáculos macroeconómicos que están deprimiendo el potencial de México.

Su partido será el mayor en ambas cámaras del Congreso, y con el Partido Revolucionario Institucional, la maquinaria que rigió México durante 71 años hasta su derrota en 2000, debilitado y dividido, está en una buena posición para negociar una alianza en el Congreso para respaldar su programa.

Sin embargo, es importante que México enfrente las quejas de Andrés Manuel López Obrador, el derrotado candidato de la izquierda. El señor López Obrador ha estado organizando manifestaciones para apoyar su caso. Los manifestantes se han estado reuniendo en sitios de los 300 distritos electorales, antes de converger hoy miércoles en Ciudad de México. Y el domingo próximo, los partidarios del señor López Obrador repetirán las protestas del sábado pasado en el Zócalo, la principal plaza de la capital. No obstante, presionará con su caso a través de los canales legales.

Y aunque el Instituto Federal Electoral puede ordenar un recuento manual solo en circunstancias legales específicas, el Tribunal Electoral Federal tiene poderes más amplios. Un recuento total sería la mejor manera de satisfacer a todos los mexicanos de que el voto fue justo. Cualquiera sean los méritos de su caso, millones de partidarios del señor López Obrador creen que su candidato fue víctima de un juego sucio. Sus quejas tienen que tomarse en serio, México tiene una larga historia de  manipulación con los votos y fraude electoral, y aunque ha mejorado mucho en los últimos años, millones de mexicanos siguen sospechando sobre la integridad de la maquinaria electoral. Como decía un editorialista mexicano el pasado fin de semana, “ridiculizar o demonizar estas aspiraciones es invitar a la disidencia mediante canales no legales”.

La legitimidad pudiera resultar un problema particularmente difícil, porque el voto estuvo muy dividido regionalmente. Con un PRI que no logró ganar un estado en la carrera electoral -y terminó tercero en la mayor parte del país-, México está ahora dividido en dos. En el norte rico (la región que se ha beneficiado más con una mayor integración con Estados Unidos en años recientes), el señor Calderón resultó muy dominante. Pero el señor López Obrador ganó de manera abrumadora en Ciudad de México y en el sur más pobre. Aquí, el señor Calderón solo ganó en Yucatán.   

A largo plazo, una reforma de las reglas electorales que permita una segunda ronda de votaciones, ayudaría a México a resolver situaciones similares de forma menos tensa, puesto que probablemente así se produciría una mayoría más clara para uno u otro de los candidatos principales. En el corto plazo, un penoso recuento manual  va a ser la única vía de aliviar las tensiones.

Venezuela y el MERCOSUR

¡Como está cambiando el MERCOSUR! Si bien, no de la forma que sus críticos han estado exigiendo. Con toda la fanfarria que ha acompañado el triunfante acceso de Venezuela al bloque comercial sudamericano, hay poco que escape al hecho de que sigue plagado de imperfecciones y asimetrías. En general, la perspectiva de un mercado regional completamente unificado, la visión que inspiró su creación hace 15 años, sigue estando muy lejos. La adhesión a Venezuela hace este objetivo aún más distante.

Sin embargo, irónicamente quizás, en el corto plazo, al menos la entrada de Venezuela pudiera ayudar a aliviar las tensiones. ¿La razón? El petróleo de Venezuela y la generosidad de su presidente. Los informes del pacto Paraguay y Uruguay se han quejado amargamente sobre su tratamiento, y están demandando permiso incluso para hacer acuerdos de libre comercio con otros países, dado el acceso prohibitivo a los mercados de su propio patio. En una entrevista con el Financial Times la semana pasada, el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, acusó a Brasil y Argentina de egoísmo e hipocresía por su proteccionismo.

Mientras, Uruguay y Argentina están trabados en una batalla legal en el Tribunal Internacional de Justicia, en La Haya, que el MERCOSUR fue incapaz de resolver – debe darse un fallo la semana próxima para decidir si Uruguay debe suspender la construcción de dos controvertidas plantas de papel en la frontera con Argentina, que están trayendo las muy necesarias inversiones a su economía-. El dinero de Venezuela pudiera ayudar a compensar esas preocupaciones. El señor Duarte, de Paraguay, ya le está pidiendo a Venezuela que compre US$3 millardos de su deuda con Brasil del proyecto hidroeléctrico transnacional Itaipú, con descuentos en las tasas de interés.

Más ingeniería financiera chavista

En ningún otro lugar está siendo más eficientemente complaciente Venezuela que en Argentina. El año pasado, compró más de US$3 millardos de la deuda de los argentinos que están encantados con aprovecharse de la disposición del señor Chávez a comprarle la deuda a tasas inferiores a las del mercado. Ahora se soñó un novedoso esquema mediante el cual ambos países planean emitir un bono conjunto, que el presidente Néstor Kirchner orgullosamente alaba como el “Bono del Sur”. Ese instrumento no tendría precedentes en los mercados de capital internacionales, aunque EEUU ha garantizado bonos emitidos en Israel y Egipto anteriormente.

La idea es que Venezuela se ocuparía de emitir realmente el bono, asegurando con eso mejores rendimientos por su inferior calificación del riesgo y también por la capacidad de comerciarlo en los mercados internacionales. Por ahora, Argentina no puede emitir deuda en un país extranjero sin arriesgarse a que le confisquen los fondos por parte de los inversionistas “excluídos” que no ingresaron en el acuerdo de reestructuración del año pasado. Pero los detalles del instrumento tienen que perfilarse y los analistas confiesan estar confundidos en cuanto a cómo funcionaría. Los tecnócratas del ministerio de Finanzas de Argentina se dice que no saben mucho más, aunque tienen dos o tres meses para presentar algo, cuando, según dicen los funcionarios, el bono estará listo. Se espera que se emitan unos US$2 millardos este año.

Las implicaciones intrigan, y no menos por lo que se entiende como “riesgo soberano”. Un tipo de “riesgo regional” puede estar en marcha, mientras que este sería el primer paso hacia grandiosos proyectos para establecer un banco pan-continental.

…Y los vínculos de Venezuela con Colombia

Mientras tanto, el señor Chávez también tiene interés en concertar vínculos energéticos con Colombia, a pesar de las diferencias ideológicas entre ambos gobiernos y a pesar del hecho de que este mismo año Venezuela abandonó el Pacto Andino (el pacto que había integrado con Bolivia, Perú y Ecuador, además de Colombia). La construcción empezó el fin de semana: un gasoducto de 230 km que en un año llevará 150 metros cúbicos de gas desde el yacimiento colombiano de Ballenas, en la región de La Guaira hasta el área del lago Maracaibo.

Eventualmente, dentro de cinco años, cuando se extinga el yacimiento de gas colombiano y si Venezuela logra desarrollar sus enormes resevas de gas natural, se espera que el flujo se invierta. Entonces, una extensión del gasoducto pudiera llevar gas a Panamá. El proyecto bilateral de US$335.0 millones es un ejemplo de cómo dos líderes de la región son capaces de permitir que el pragmatismo y el sentido común económico superen las diferencias políticas.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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