AGENDA LATINOAMERICANA
El tiempo de actuar para Calderón

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Editada por Jonathan Wheatley, corresponsal en Brasil con notas de Adam Thomson, Hal Weitzman y Benedict Mander
El nuevo presidente de México, Felipe Calderón, ha asumido el poder en una coyuntura crítica de la historia del país. No solo tiene que darle vuelta a una economía cada vez menos competitiva dominada por monopolios públicos y privados. También tiene que trabajar con un Congresos hostil y acremente dividido.

El centro-derechista ex secretario de Energía tiene que moverse rápido para poner en marcha una reforma abarcadora del esquema fiscal de México. El financiamiento del gobierno federal depende demasiado de PEMEX, el monopolio petrolero estatal, que aporta más de un tercio del ingreso del gobierno. La recaudación de impuestos también es baja: en el resto de América latina, solo los haitianos pagan un porcentaje menor del producto interno bruto en impuestos.

La escasez de fondos públicos ha impedido que administraciones sucesivas aborden las urgentes necesidades sociales de México. Cerca de 30% de la población vive en la pobreza y mientras que el gobierno anterior de Vicente Fox hizo algunas incursiones para combatir los casos más extremos, los niveles de pobreza siguen siendo inaceptablemente elevados.

Las medidas para ayudar a financiar el sistema básico de seguridad social, incluyendo salud y pensiones, tienen un largo camino por recorrer para cumplir las necesidades de los mexicanos más pobres.

También ayudarían a calmar las relaciones con el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que perdió por un margen muy estrecho frente al Partido de Acción nacional de Calderón en las elecciones de julio. Calderón pudiera extender una rama de olivo a la oposición siguiendo el ejemplo de los exitosos programas de alivio a la pobreza introducidos por Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial derrotado del PRD, en Ciudad de México,

Los legisladores del PRD han jurado hacerle la vida lo más difícil posible a Calderón, y los choques violentos de la semana pasada en el congreso indican que tienen intención de cumplir su promesa. Sin embargo, la reforma fiscal diseñada para aliviar la situación de los pobres de México es algo que encontrarían política e ideológicamente difícil de rechazar. Calderón no debería perder tiempo.

Bolivia, detrás de las sonrisas

Esperen un festival de amor cuando Hugo Chávez de Venezuela y Rafael Correa, el recién electo presidente de Ecuador se unan a Evo Morales, el presidente boliviano en Cochabamba para la segunda cumbre de la Comunidad de Naciones de América del Sur el viernes y el sábado.

Mientras Morales será todo sonrisas, Bolivia está una vez más al borde del desmembramiento. Morales se ha vuelto cada vez más autoritario en las últimas semanas, al imponer su voluntad a la Asamblea Constituyente y al Senado. El resultado ha sido una ola de ira y frustración entre sus opositores, que efectivamente, han sido excluidos del proceso político.

La semana pasada, tres de los nuevo departamentos del país se incorporaron a una huelga general en protesta por el dominio impuesto por el gobierno en la Asamblea Constituyente, mientras que la huelga de hambre está empezando a extenderse por todo el país. La respuesta del presidente fue salir del país con destino a cuba, para llevarle al presidente Fidel Castro un pastel de coca por su cumpleaños.

La negativa de Morales de tomar en cuenta a sus críticos es un peligro para la democracia y estabilidad boliviana. Mientras más amenazado se siente Morales, más beligerante se muestra. Y mientras más de sus energías se dirijan a poner en fuga a sus enemigos, menos le quedarán para edificar políticas que puedan hacer frente a los dilatados problemas del país.

Ecuador: sorpresas en reserva

Los disturbios en Bolivia serán una prueba de lo que viene para Rafael Correa, cuya elección la semana pasada tiene a muchos ecuatorianos preparándose para una guerra de desgaste planteada entre el presidente y sus enemigos. 

Muchos parecen estar apostando a que Correa, quien asumirá el cargo el 15 de enero, estará tan limitado por las circunstancias que le resultará imposible actuar. El presidente electo ha excluido la “des-dolarización” y sus ayudantes han estado recalcando durante los últimos días que no va a cerrar el Congreso.

El señor Correa tiene planes para una reforma política radical, pero es probable que estos se diluyan y se vea en la necesidad de actuar con rapidez para demostrar que hablan en serio en cuanto al cambio.

Un objetivo será la deuda del país. Aunque es poco probable una cesación en los pagos, Correa ha dado señales de que va a presionar con la reestructuración. Ricardo Patiño, quien será el ministro de Finanzas en enero, dijo el viernes que la nueva administración “definitivamente” re-negociaría la deuda de Ecuador, lo que enviaría los bonos patrones en el más profundo descenso en más de seis años.

Otro objetivo probable es el sector petrolero, sobre el cual Correa ha dicho que se propone elevar el 50% del gobierno de los ingresos de las compañías. Esto pudiera afectar inversionistas extranjeros, como Repsol, de España, Petrobras de Brasil, Andes Petroleum de China, y Perecenco de Francia, que colectivamente han invertido unos US$7 millardos en el país desde 1993.

Pero no esperen que la oposición defienda a los gigantes internacionales del petróleo que operan en Ecuador. Cuando Occidental fue expulsado este año, muy pocos en el país salieron en defensa de la compañía de energía estadounidense.

El Merval en nuevo terreno

¿Romperá finalmente el índice de la bolsa de valores de Argentina, el Merval, la importante barrera psicológica de los 200 puntos, estando tan cerca de lograrlo? Las ganancias tempranas de este año fueron borradas durante el resbalón en los mercados emergentes de mayo, pero el índice está imponiendo nuevas marcas históricas otra vez. Llegó al récord de 1967 puntos el jueves pasado, antes de resbalar a 1929 al cierre del viernes. Desde que retornó a la vida a mediados de octubre, después de algunos meses sin cambios importantes, el Merval ha saltado solo 20% gracias al auge de la economía interna y los altos precios del petróleo. .

Quizás lo más importante es que los inversionistas extranjeros están empezando de nuevo a mostrar interés en las acciones argentinas y están yendo más allá de los bonos, que ya no tienen los resultados excelentes de 2005 -aún cuando algunos papeles individuales, particularmente las garantías GDP, siguen rindiendo retornos espectaculares. El mercado argentino incluso acogió su primera nueva emisión en seis años estériles el 14 de noviembre, cuando Socotherm, la firma de revestimiento de conductos italiana, recaudó US$35 millones. Impulsando al Merval este año ha estado Tenaris, un fabricante de conductos de acero que representa más de un tercio del índice, y el sector bancario, en particular, Banco Macro. Los analistas parecen pensar que todavía se puede sacar más ventaja de estas acciones.

Un salto en el tiempo de Brasil

En las semanas previas a la reelección del presidente brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, a finales de octubre, cuando el resultado era la conclusión sabida, hubo muchos comentarios entre los políticos y sabios que se concentraron en quién los sucedería en las próximas elecciones de 2010.

¿Abandonaría su partido Aécio Neves, gobernador de Minas Gerais y líder del centrista de oposición PSDB para ser nombrado el sucesor elegido del presidente? ¿O José Serra, el candidato del PSDB que perdió frente a Lula da Silva en 2002, se presentaría una segunda vez? ¿O surgirá un nuevo contendiente del ala moderada del izquierdista partido del presidente, el PT?

Cualquiera sea la opinión, había una sensación de que no pasaría mucho durante el segundo mandato de Lula y que las posibilidades de Brasil de cumplir con su urgente necesidad de crecimiento dependerían de las elecciones dentro de cuatro años. El intervalo entre el ahora y el entonces, de cierta forma, ha dejado de existir.

Algo similar está ocurriendo, pero al revés. El presidente dijo que ya no quiere que su gobierno se compare con el de Fernando Henrique Cardoso del PSDB, entre n1995 y 2002. Al contrario, la vara de medir debe ser su propia administración. La semana pasada, dijo que sus ayudantes estaban trabajando en las propuestas para producir crecimiento. Fue la promesa de un “espectáculo de crecimiento” lo que le ganó la elección hace cuatro años. Esos años, también (en los cuales no ha ocurrido gran cosa en términos de crecimiento) no parecen contar ya.

Sin embargo, Brasil no puede permitirse nuevas demoras. El crecimiento ha estado trabado en un promedio de 2.5% anual durante los últimos 15 años. El primer paso del presidente tiene que ser cementar una alianza funcional en el Congreso. Él ha avanzado algo en lograrlo, al llegar a un acuerdo con el ala de la oposición del oportunista PMDB, un notoriamente veleidoso conglomerado de intereses regionales.

Pero Lula da Silva pudiera no conseguir todo lo que desea a cambio de la promesa al partido de un puñado de ministerios. Jarbas Vasconcello, gobernador del PMDB en el estado nordestino de Pernambuco, le dio a la alianza unos seis meses, a lo sumo.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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