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LA HABANA.- Policías de Gran Bretaña y Francia dictan cursos de formación para la lucha contra el narcotráfico a sus homólogos cubanos y dominicanos, así como a otros cuatro países del Caribe, comprobó ayer un periodista de la AFP en la sesión inaugural de instrucción, celebrada en La Habana.
Durante cinco días, hasta el viernes próximo, los policías europeos instruirán a una treintena de sus colegas de Cuba, Jamaica, Haití, Santo Domingo, Belice y Curazao. El curso reúne a decenas de agentes antinarcóticos.
Los cursos, que responden a una iniciativa británica, fueron inaugurados por el Director Nacional de lucha contra las drogas del Ministerio del Interior cubano, general Jesús Becerra, y por el embajador de Gran Bretaña en la isla, John Anthony Dew.
Francia fue representada por el encargado de seguridad interna de la embajada francesa en La Habana, el comisario Jean-Michel Gonzalez.
Becerra recordó que los países de la región caribeña se encuentran «bajo la amenaza permanente» del narcotráfico y advirtió que estas naciones no deben «servir de refugio para criminales».
El oficial cubano lamentó que una oferta de su país realizada en 2002 a Estados Unidos para suscribir un acuerdo de cooperación antidrogas aún no haya tenido respuesta y sólo sea letra muerta.
La realización en La Habana de esta iniciativa «demuestra el vigoroso compromiso del gobierno cubano» en la lucha contra las drogas, comentó por su parte el embajador británico.
VÍAS DE TRÁNSITO
La mayor parte de las islas del Caribe -incluyendo a la Hispaniola, que integran República Dominicana y Haití- son utilizadas como vías de tránsito para la cocaína procedente de Colombia, o de producción de marihuana, con destino preferente en Estados Unidos, pero también hacia Europa, donde se introduce en especial a través de España.
Cuba logró incautar 3,08 toneladas de drogas en 2004, una de las cifras más bajas de los últimos 15 años, de las cuales el 90% correspondió a marihuana, según cifras del Ministerio del Interior.
Las relaciones entre la policía cubana y las policías europeas continuaron pese a las sanciones decretadas por la Unión Europea contra la isla en junio de 2003, en rechazo a una masiva represión contra la disidencia que culminó con el encarcelamiento de 75 opositores al régimen de Fidel Castro.
Esas sanciones fueron suspendidas por seis meses en enero pasado, ya que Bruselas pretende retomar el diálogo político con las autoridades de Cuba.
