JOHANESBURGO,  (AFP) – Más de 50 sospechosos mueren como media al mes en Sudáfrica por los disparos de la policía, una cifra que ha registrado un pico después de que un responsable local animase recientemente a los agentes a tirar a matar en caso de amenaza.

 «Cuando los criminales saquen armas de fuego, la policía debería disparar a la cabeza», declaró a finales de junio Bheki Cele, responsable de la seguridad de la provincia de KwaZulu Natal (este).  Inmediatamente después de las palabras de Cele, en la provincia se registró un alza de víctimas de la policía. En diez días, ocho sospechosos murieron y un noveno, que resultó gravemente herido, sigue en estado crítico.

 En un año, 621 personas murieron o fueron detenidas en operaciones policiales, según el Consejo Independiente de Quejas (ICD), cuyos últimos datos se refieren al período entre el 1 de abril de 2005 y el 31 de marzo de 2006.

 La mayoría de esas muertes se justifica por la extrema violencia de los criminales sudafricanos.