Agitación política anticipa apuros para megafusiones

Agitación política anticipa apuros para megafusiones

Ruth David y Manuel Baigorri

Mientras las empresas se preparan para el impacto de las sorpresas políticas de 2016 y las elecciones pendientes para el próximo año, el apetito global por las megafusiones podría ralentizarse, en medio de las expectativas de un proteccionismo en aumento.
Las mayores transacciones implicaron, en su mayor parte, a compradores y vendedores de distintos países: la compra por parte de Bayer AG de Monsanto Co. en Estados Unidos, la oferta de China National Chemical Corp. por Syngenta AG y la compra de ARM Holdings Plc por parte de SoftBank Group Corp.
Los acuerdos transnacionales supusieron más de la mitad de las adquisiciones superiores a US$25.000 millones anunciadas en el 2016, según datos reunidos por Bloomberg. También han sido casi la mitad de los acuerdos anunciados por un total de US$3 billones, muestran los datos.

Pero las fuentes de las fusiones y adquisiciones internacionales se están volviendo más introvertidas y proteccionistas, y aún no está claro cómo afectarán los cambios políticos a los negocios.
Las empresas chinas se enfrentan a un escrutinio regulador en el extranjero, con creciente oposición en Estados Unidos y Europa, y a restricciones a los mega acuerdos en su país.
En Occidente, con Donald Trump elegido como próximo presidente de Estados Unidos: una decisión con implicaciones potenciales para las facturas de impuestos de las compañías estadounidenses y para la recepción que los compradores, en particular de origen chino, podrían encontrar al optar por activos del país.
En Reino Unido, que ha votado a favor de abandonar la Unión Europea, la primera ministra, Theresa May, dijo que el país necesita “una verdadera estrategia industrial”, que pueda utilizarse para defender a sectores y empresas como la farmacéutica AstraZeneca.

En este año en Europa se celebrarán elecciones en Países Bajos, Francia y Alemania que podrían desplazar a los mandatarios actuales y reforzar los movimientos populistas y nacionalistas en todo el continente. Estos votos podrían tener ramificaciones para la UE y la eurozona, provocando mayor inestabilidad y volatilidad en el euro.

Las principales adquisiciones ya han experimentado un declive en el año pasado. Hubo 13 acuerdos de más de US$25.000 millones anunciados en 2016, un poco por debajo del año anterior, según datos. El valor de las transacciones totales anunciadas ha caído cerca del 18% respecto al año pasado.

“La falta de confianza no es buena para cerrar acuerdos”, opina Hernan Cristerna, co-director mundial de fusiones y adquisiciones en JPMorgan Chase & Co. en Londres. “Si los responsables de empresas intentan medir los beneficios de un gran acuerdo y no saben cómo va a resultar el entorno normativo, algunos dudarán a la hora de pulsar el botón”. China, cuyas empresas han gastado más de US$200.000 millones en acuerdos fuera de sus fronteras este año, más del doble del año pasado, planea recortes a las adquisiciones extranjeras.

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