Agitación y rumores de golpe en Bolivia

Agitación y rumores de golpe en Bolivia

LA PAZ (AFP).- Un clima de agitación creciente prevaleció ayer miércoles en Bolivia en la antesala de un paro del transporte público y en medio de rumores de golpe de Estado, mientras el presidente Carlos Mesa concretó en Buenos Aires un resistido acuerdo de venta de gas a Argentina.

El mandatario ordenó antes de viajar la destitución del viceministro de Defensa Civil, almirante Jorge Badani, acusado por el líder cocalero Evo Morales, jefe de la principal fuerza de izquierda, de complotar con organizaciones de ultraderecha para desestabilizar a Mesa.

Badani negó los cargos y anunció un juicio contra Morales, quien llamó a las organizaciones sociales a formar un Comité Nacional de Emergencia de Defensa de la Democracia, encabezado por la independiente Asamblea de los Derechos Humanos (APDHB).

La Nueva Fuerza Republicana (populista de derecha), acusada de conspirar contra Mesa, atribuyó dicha denuncia «al exceso de consumo de coca y sus derivados» por parte de Morales, según el diputado Erick Reyes Villa, suegro del hijo de Badani.

El presidente interino y cabeza del Congreso, Hormando Vaca Diez, declaró que «en el fondo son sólo rumores, rumores y rumores» y que la democracia está protegida.

«No hay trajines golpistas», remató Vaca Diez en declaraciones a periodistas locales a quienes llamó a «no hacerse eco de rumores que no son evidentes».

La unitaria Central Obrera (COB) denunció por su lado un «autogolpe de Mesa con sectores al servicio de las transnacionales» petroleras y llamo a la «resistencia civil», según su secretario general, Luis Choquetijlla.

En medio de un clima enrarecido, un portavoz de la embajada de Estados Unidos, Guery Fuller, desmintió que la legación hubiese instruído a sus funcionarios tomar previsiones ante un inminente conflicto social.

El funcionario reiteró el apoyo del gobierno de su país «al presidente constitucional Carlos Mesa» que «se traduce en la continua y permanente colaboración a Bolivia y a sus instituciones democráticas».

Grupos de universitarios libraban entretanto en La Paz escaramuzas con piedras y palos contra policías que intentaban dispersar -con uso balines de goma y gases lacrimógenos-, manifestaciones en demanda de mayor presupuesto para las casas de estudios superiores.

Las protestas estudiantiles se habían extendido a las ciudades de Santa Cruz (este), Cochabamba (centro) y Potosí (sur), donde se abrió un piquete de huelga de hambre.

Contrarios al acuerdo de venta de gas natural a Argentina, suscrito este miércoles por el presidente Mesa en Buenos Aires, cientos de manifestantes colapsaron el centro de la central ciudad de Cochabamba, epicentro en 2001 de la denominada «guerra del agua», que expulsó del país a un consorcio extranjero.

El acuerdo gasífero contempla el suministro durante seis meses de 4 millones de metros cúbicos diarios de gas a Argentina, sumida en una crisis energética de proporciones.

Los poderosos gremios del transporte y de comerciantes al menudeo ratificaron en tanto una huelga de 24 horas prevista para el jueves, en oposición a un mínimo reajuste en el precio del combustible y en respaldo a un régimen tributario que el gobierno precisó que no modificará.

Mesa asumió el poder constitucionalmente, en lugar de Gonzalo Sánchez de Lozada, expulsado en octubre pasado por una insurrección popular tras su decisión de exportar gas a ultramar por un puerto de Chile y en condiciones calificadas como desventajosas para el país por los sindicatos y la oposición.

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