Esta columna arriba a cien salidas consecutivas sobre el estratégico sector agropecuario. Cada día la imperiosa necesidad de producir comida y de proteger el medio ambiente adquiere ribetes de mayúscula importancia. Ahora mismo, una agobiante sequía azota a Europa y a China, sin dejar de citar a Estados Unidos y México, obligándolos a aplicar rígidos racionamientos del agua.
El hambre se acrecienta en el mundo, en la medida que los 20 millones de toneladas de los cereales ucranianos no fluyen con normalidad hacia África subsahariana, Asia y América Latina. El secretario general de la ONU clama porque Rusia normalice sus exportaciones de abonos, pronosticando que “sin fertilizantes en 2022, puede que no haya suficientes alimentos en 2023”. La República Dominicana está compelida a producir.
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